Un análisis provisional de los datos del ensayo en fase III de la vacuna contra el covid-19 de Rusia (Sputnik V) sugiere que un régimen de dos dosis ofrece una eficacia del 91,6 % contra la enfermedad sintomática; una protección que en mayores de 60 años es muy parecida y se eleva al 91,8 %.
Los resultados preliminares, publicados hoy en "The Lancet", se basan en el análisis de los datos de casi 20.000 participantes, de los cuales tres cuartas partes recibieron la vacuna y una cuarta parte un placebo.
El ensayo incluyó a 2.144 participantes mayores de 60 años y la eficacia de la vacuna fue del 91,8 % en este grupo: la vacuna fue bien tolerada y los datos de seguridad de 1.369 de estos adultos mayores revelaron que los efectos adversos más comunes fueron los síntomas gripales y la reacción local.
Se indicó que estos coinciden con la mayoría de los efectos adversos notificados en los otros grupos, que en general fueron también leves; los graves (los que requirieron ingreso hospitalario) fueron escasos tanto en el grupo de placebo (0,4 %) como en el de la vacuna (0,2 %).
Ninguno, dijeron los autores, se consideró asociado a la vacunación; se notificaron cuatro muertes en el ensayo, ninguna de las cuales se consideró relacionada con la vacuna.
En un comentario asociado a esta investigación, Ian Jones, de la Universidad de Reading, y Polly Roy, de la London School of Hygiene & Tropical Medicine (que no participaron en el estudio), afirmaron que: el desarrollo de la vacuna Sputnik V ha sido criticado por "una premura impropia, atajos o falta de transparencia", pero el resultado que aquí se presenta "es claro y se demuestra el principio científico de la vacunación".
"Esto significa que otra vacuna puede unirse ahora a la lucha para reducir la incidencia de la covid-19″, aseguraron.
En el texto se precisó que la Gam-COVID-Vac o Sputnik V es una vacuna de dos partes que incluye dos vectores de adenovirus -rAd26-S y rAd5-S- que han sido modificados para expresar la proteína S del SARS-CoV-2.
Se agregó que los adenovirus también están debilitados para que no puedan replicarse en las células humanas y no puedan causar la enfermedad.
Esta técnica se ha utilizado anteriormente y su seguridad se ha confirmado en varios estudios clínicos, recordó la revista en una nota.