Columna de los viernes Romina Vásquez

Si tu Instagram es tu proyecto de vida, entonces ¿dónde está tu vida?

viernes 19 octubre , 2018

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Foto: Romina Vásquez

“Mi Instagram no es sólo mi Instagram y ya. Mi Instagram es mi proyecto de vida”. No se los niego. Cuando escuché de boca de esta influencer esta frase me quedé fría, permanecí en shock varios segundos y luego empecé a analizar la situación y a buscarle un sentido lógico a lo que ella había dicho.

Ciertamente, muchos influencers, micro influencers, celebridades y personas comunes y corrientes que usan sus redes sociales para fines exclusivamente personales han creado una alta dependencia hacia sus cuentas de Instagram y a sus canales de YouTube.

Veo con preocupación cómo nos aferramos a las plataformas sociales como si fueran nuestra tabla de salvación, nuestra única vía de exposición y visibilidad y nuestra única forma de generar relaciones duraderas y eficientes con los públicos objetivos que queremos alcanzar. Se nos está olvidando que Instagram, Facebook, Linkedin, YouTube y Twitter no nos pertenecen; tienen dueños, planes a largo plazo, algoritmos que cambian cada año y algunos problemas de seguridad de los cuales estamos más que conscientes.

El algoritmo de Facebook, por ejemplo, afectó la visibilidad orgánica que tenían las páginas de empresas y marcas personales o comerciales. Estas cuentas, de un día para otro, vieron como su visibilidad y engagement pasó de 100 a 5, a pesar de los videos, de los artes y del aumento de las publicaciones semanales.

Con Instagram, sucede algo parecido. Si el contenido no es es relevante, no mantiene vivo el interés de los seguidores y no registra un nivel de engagement considerable, más que likes aquí estamos hablando de comentarios, la misma plataforma hace que la visibilidad de una cuenta se reduzca. En Linkedin sucede lo mismo. Esta se fundamenta en los views y estos van a depender de qué tan bien y qué tanto escribas. Aquí no valen las fotos y los videos; lo importante es la redacción y, sobretodo, las experiencias personales relacionadas al trabajo.

Entonces, y tomando en cuenta lo expuesto con anterioridad, ningún influencer y microinfluencer puede basar toda su estrategia de visibilidad en una red social. Las redes sociales son plataformas, son herramientas que nos permiten aumentar el alcance por la gran cantidad de personas que las utilizan cada día. Sin embargo, tienen un alto grado de vulnerabilidad y de seguridad que puede tirar por la borda todo el contenido generado por años.

En ese sentido, es importante que demos dos pasos hacia atrás y recordemos la importancia de tener un blog, una página web, un dominio propio que nos sirva como registro de trabajo. Un lugar donde no solo se redireccione a los seguidores, sino a través del cual se puedan crear contenidos más especializados y promover a la creación de una comunidad verdaderamente interesada y creativa.

Finalmente, a todo aquel que dice que su cuenta de Instagram es su proyecto de vida les diré lo siguiente: recuerden que las tendencias no son permanentes. Salgan de las 4 paredes del mundo online y atrévanse a crear espacios de contacto personal como talleres, cursos y encuentros con sus seguidores. Agreguen valor no sólo en las redes, sino fuera de ellas y en plataformas propias.


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Romina Vásquez

Comunicadora social con una especialidad en periodismo de la Universidad Complutense de Madrid. Tiene más de nueve años de experiencia y se dedica a las relaciones públicas y a la comunicación corporativa. Conoce su trabajo en www.rominavasquez.com

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