General Ramón Antonio Guzmán Peralta | Foto: Kelvin de la Cruz
Comunicar eficientemente es una habilidad que se perfecciona con la práctica y una correcta planificación de los mensajes. Para esto también es importante el conocimiento de la audiencia y su contexto cultural, ser transparentes con los hechos y emplear un lenguaje adecuado.
De igual forma, el entrenamiento de las vocerías debería ser una parte clave de la formación de nuestros funcionarios y de cualquier directivo o directiva que se vea en la necesidad de comunicar, ya que dirigir la parte operativa de una entidad y comunicar estratégicamente estás actividades son cosas distintas.
En este artículo estudiamos las declaraciones de Guzmán Peralta sobre los tapones que se forman en la ciudad, a continuación expongo el análisis de los hechos y abordamos la opción que habría sido más eficiente para afrontar el enfoque de las declaraciones de forma más estratégica.
El primer fallo comunicacional fue subestimar el poder de la comunicación actual, antaño negar algo en los espacios de difusión adecuados ayudaba a disimular la realidad en cuestión ya que los medios tenían una influencia unidireccional, hoy en día todo es fácilmente comprobable así lo demuestran las miles de fotos y videos de tapones que inundaron las redes.
La opción más viable en este caso habría sido exponer de forma transparente la situación actual, ya que reconocer los hechos conecta con la audiencia y genera confianza.
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El elemento que hizo saltar las alarmas en este caso fue el uso de eufemismos y un lenguaje evasivo al no admitir una realidad comúnmente compartida por todos “pueden haber congestionamientos en determinados momentos en las horas pico”.
En cuanto al discurso basado en la negación rotunda de lo evidente “tapones per sé no existen” este tipo de afirmaciones crean indignación colectiva, sin mencionar que las expresión empleada recuerda el antecedente de aquella famosa frase “la delincuencia es cuestión de percepción” otra desafortunada declaración que creó una ola de quejas en su día, lo que establece una relación simbólica entre ambas visiones y refuerza el rechazo.
Otro punto con oportunidades de mejora es intentar dar protagonismo a los agentes de la Digesett negando una obviedad “para eso estamos nosotros que ayudamos a viabilizar el tránsito”, esta cuña solo provoca más ira y que el público asocie a los oficiales de tránsito como responsables directos de los tapones "inexistentes".
Aquí la mejor opción habría sido, tras visibilizar la situación real desde un enfoque proactivo, hablar de todas las iniciativas que se están llevando a cabo para solucionarlo.
Me resulta muy interesante el hecho de que algunas marcas como Jumbo se montaron en la ola para capitalizar el efecto con una estrategia publicitaria, otra muestra de que en el entorno digital, todo se aprovecha.
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