Las personas con cáncer que enferman de Covid-19 tienen una tasa de mortalidad bruta del 13 %, según la mayor serie de datos publicados hasta ahora desde una perspectiva multinacional, que también revelaron factores del cáncer relacionados con el aumento de la mortalidad.
The Lancet publicó hoy el primer informe de la iniciativa internacional del Consorcio Covid-19 y Cáncer (CCC19) para hacer un seguimiento de los resultados dentro de esta población vulnerable.
Los datos de este primer informe del CCC19 se obtuvieron de 928 pacientes de España, el Canadá y Estados Unidos.
Las personas con cáncer “se enfrentan a una gran incertidumbre en la era de la Covid-19, incluyendo si el equilibrio entre riesgos y beneficios en el tratamiento del cáncer ha cambiado de alguna manera fundamental”, destacó Jeremy Warner, de la Universidad de Vanderbilt y uno de los autores del estudio.
La tasa de mortalidad de este grupo de pacientes en su conjunto fue del 13 %, "más del doble de la reportada para todos los pacientes con COVID-19″, agregó Warner.
En un comunicado de la Universidad de Vancerbilt, el autor del estudio señaló que en ciertos subgrupos, como el de pacientes con cáncer activo y aquellos con un estado deteriorado tuvieron un comportamiento “mucho peor”.
Los datos iniciales “no mostraron ninguna asociación estadística entre la mortalidad a los 30 días y los tratamientos contra el cáncer, lo que sugiere que la cirugía, la quimioterapia adyuvante y la quimioterapia de mantenimiento podrían continuar durante la pandemia con extrema precaución”.
Mientras que los pacientes mayores y aquellos con comorbilidades importantes tienen "un riesgo sustancialmente mayor de morir por Covid-19, “nuestros primeros hallazgos son noticias alentadoras para los pacientes sin condiciones médicas importantes que reciben su terapia para el cáncer dentro de las cuatro semanas de la infección”, explicó Nicole Kuderer y también autora del estudio.
Kuderer, del Grupo de Investigación de Cáncer Avanzado de Seattle (EE. UU.) precisó, sin embargo, que hacen falta más datos para evaluar de manera fiable las terapias individuales de mayor riesgo.