Hay una creencia popular de que los autos grandes siempre son más seguros que los pequeños, y esta es una creencia desde cuando Cuca y Roquetán bailaban. En tiempo atrás, lo único que protegía a los ocupantes de un vehículo durante un accidente de tránsito era la cantidad de lámina que los rodeaba, es decir, la cantidad de metal que tuviese el auto.
Los autos pequeños en Latinoamérica son una realidad, y República Dominicana no escapa de ella, la gente tiene cierto pavor al conducir estos autos, ya que entienden que ofrecen menos protección que un vehículo grande. El tamaño del auto siempre ha sido un tema de conversación sobre cuales son más seguros, y este se ha convertido en un factor esencial que los compradores toman en cuenta para comprar un carro nuevo.
Aquí te contaremos por qué esta cuestión es relativa y cuáles son los mitos y verdades al respecto.
Un auto grande y pesado, en caso de emergencia, puede ser más difícil de controlar. Aunque, en caso de accidente entre dos vehículos, uno ligero puede salir peor parado. La desventaja en el tamaño radica principalmente en que, cuanto más grande el automóvil, menor agilidad de conducción tenemos. Esto quiere decir que tardaremos más tiempo en detenernos que con uno pequeño, ya que requiere de una dispersión mayor de energía.
Por otra parte, los vehículos grandes tienen una altura cuyo centro de gravedad es más alto, situación que facilita el volcamiento. De todas maneras, gracias a la tecnología de seguridad que presentan los autos modernos, el tamaño deja de ser un factor determinante.
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Un vehículo más pequeño es perfecto para trasladarse en la ciudad, podrás encontrar un parqueo mucho más fácil al manejar un modelo compacto. Los más grandes, como las camionetas o las yipetas, son más espaciosos y elevados, lo que facilita la conducción en terrenos accidentados, y en la ciudad de Santo Domingo con las inundaciones de las calles.
¿Pero cuál es más seguro?
Para poder considerar seguro un vehículo es necesario evaluar el poder de reacción que presenta, independientemente de su tamaño. Un auto grande y uno compacto, si están bien diseñados, pueden ofrecer la misma seguridad.
Un vehículo grande que ofrece seguridad pasiva (airbags, cinturones con pretensores, deformación programada, etc.) puede ser compensado con un vehículo que cuenta con seguridad activa, es decir, que tiene la capacidad de ayudarnos a evitar accidentes mediante elementos y sistemas específicos (control de tracción, ABS, sistema de frenada automática precolisión, entre otros).
Esto quiere decir que el comportamiento del vehículo en una situación límite es lo que determina su grado de seguridad. Nos referimos a un sistema de dirección, frenada, suspensión y sistema de asistencia que brinde confianza al conductor para que pueda reaccionar frente a una emergencia.
En condiciones iguales, los vehículos más grandes y pesados están mejores protegidos que los livianos. El peso y el tamaño afectan las fuerzas que las personas dentro de un vehículo experimentan durante un choque.
El peso entra en juego en una colisión con dos vehículos. Las leyes de la física dictan que si dos vehículos distintos, uno grande y otro pequeño, chocan, el más ligero tendrá más daños. A ser más pesados, los vehículos más grandes, absorben la fuerza del impacto de una manera más eficiente.
En 2013, investigadores de la Universidad de Buffalo pusieron esto a prueba. El estudio encontró que las probabilidades de muerte eran 7.6 veces más altas para el conductor de un carro que para el de una yipeta.
En los choques donde el carro tenía una mejor calificación de prueba de choque frontal que la yipeta, al conductor del auto le fue un poco mejor, pero todavía tenía cuatro veces y media más probabilidades de morir.
En esa misma línea, la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de Estados Unidos (NHTSA por sus siglas en inglés) señala en un reporte que tanto los vehículos pequeños como los grandes pueden tener resultados buenos en pruebas de seguridad, pero que en general los ocupantes de los vehículos más pequeños y / o más ligeros aún tienen tasas de mortalidad más altas.
“Los vehículos de todos los tipos y tamaños proporcionan a sus ocupantes una mayor protección hoy que hace una década. Y mucha más seguridad que hace 20 años”, destaca la NHTSA.
Hoy en día, un auto compacto de última generación que ha sido aprobado con una alta calificación en las pruebas de Euroncap es igual e incluso, más seguro, que uno grande y pesado.
La industria automotriz se reinventa cada año. Los diseñadores de autos no solo buscan nuevas maneras de implementar la tecnología en sus modelos, también trabajan para que sean cada vez más seguros, sin importar el tamaño.
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