Un tren de la compañía Amtrak comenzó este martes su regreso a Seattle tras permanecer detenido cerca de 36 horas en mitad de su recorrido y con 183 pasajeros abordo después de que el domingo pasado chocase con un árbol caído en la vía cerca de la localidad de Oakridge, en Oregón (EE.UU.).
Rebeka Dodson, una de las pasajeras abordo, comentó en su perfil de Facebook que estaban "agotados" del "infierno" vivido durante este día y medio en el que estuvieron atrapados en el tren detenido en un paraje lleno de nieve.
Durante este tiempo, explicó la pasajera, se han producido "ataques de pánico y niños pequeños desesperados", aunque Amtrak indicó que ninguna de las personas abordo había resultado herida en la colisión con el árbol.
El tren Coast Starlight, de la compañía Amtrak, salió de Seattle a las 9.45 de la mañana hora local (17.45 GMT) del domingo con destino a Los Ángeles, trayecto que se vio interrumpido alrededor de las 6.20 de la tarde hora local (2.20 del lunes GMT) cuando chocó con un árbol que había caído sobre la vía por el temporal.
El área recibió de 25 a 38 centímetros de nieve el lunes, según el Servicio Nacional de Meteorología, lo que impidió usar un transporte alternativo para rescatar a los pasajeros del tren.
A la nevada hay que sumar los cortes de energía generalizados en el área, lo que dificultó todavía más la operación.
La compañía aseguró que, aunque regresan ya rumbo a Seattle, remolcados por una locomotora, está previsto que el tren tenga que realizar varias paradas por las condiciones del tiempo en Oregón y el vecino estado de Washington.
Por ello, anticipan que sea un largo viaje hasta que el tren vuelva a su destino de salida.
La empresa lamentó en un comunicado lo sucedido por las condiciones climatológicas "extremas" y aseguró que decidieron dejar a los pasajeros en el tren, donde tenían "comida, calefacción, electricidad y baños", para garantizar su "seguridad" ante la intensidad de la nevada y los árboles sobre la vía.
En fotografías publicadas por los pasajeros en las redes sociales se puede ver que buena parte del menú de estos días han sido los habituales aperitivos y galletas que sirven en aviones y trenes, así como café, agua y bebidas gaseosas.