Lo peor ya ha pasado y la ciudad de Venecia empieza a respirar y a volver a la normalidad mientras comienza el recuento de los daños tras haber sufrido la peor inundación en más de medio siglo.
El Centro de Mareas pronostica un máximo de 105 centímetros de nivel de las aguas para este lunes a las 13.20 hora local (12.20 GMT), mientras que en la madrugada pasada el pico máximo fue de 78 centímetros.
Unos niveles muy alejados de los 187 centímetros del 13 de noviembre y los 150 centímetros que se alcanzaron el domingo y que anegó el 70 % de su casco urbano.
Los pronósticos indican que los valores estarán contenidos en los próximos días y apenas superarán los 100 centímetros en sus picos máximos.
Este lunes las escuelas y los museos reabrieron sus puertas, y los vaporetti, el principal transporte público en la capital véneta, ya surcan de nuevo las aguas de la ciudad.
Las autoridades y los comerciantes y empresarios continúan calculando el coste de los daños causados por las inundaciones, y desde el Ayuntamiento los elevan a mil millones de euros.
La subida de las aguas, que también causó la muerte de un hombre por electrocución, llevó al alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro, a cerrar al público la emblemática plaza de San Marcos el pasado viernes, un día después de que el Gobierno italiano declararse el estado de emergencia de la ciudad para poder desbloquear los fondos de cara a las reparaciones.
El Ejecutivo aprobó destinar 20 millones de euros para una primera ayuda, con indemnizaciones de 5.000 euros a los vecinos damnificados y hasta 20.000 para los comerciantes.
Y el alcalde anunció ayer en twitter que los formularios para reclamar indemnizaciones por los daños estarán disponibles en breve.
Tras mejorar los pronósticos para esta semana, el alcalde aseguró que la ciudad se recuperará porque "los venecianos solo se arrodillan para rezar".
Sin embargo, el consistorio mantiene el sistema de emergencia alerta, y pide cautela a residentes y turistas.
Tras autorizarse en la tarde del domingo la reapertura de la plaza de San Marcos, las tiendas y restaurantes se afanan en reparar sus desperfectos y en limpiar para retomar cuanto antes su actividad.
Pero queda por delante la restauración de los desperfectos causados al rico patrimonio cultural, empezando por la Basílica de San Marcos, que quedó parcialmente inundada.
En total, sesenta iglesias de la ciudad fueron anegadas, y sus delicados mosaicos y pavimentos sufrieron la infiltración de la sal del mar. Para evitar su rápida corrosión, la Superintendencia de patrimonio cree que harán falta 60.000 euros por cada templo.
El alcalde veneciano ha agradecido las muestras de apoyo recibidas, y en una entrevista con la televisión pública RAI volvió a proponer a la comunidad científica internacional, a Naciones Unidas o a la Unión Europea que acudan a Venecia para estudiar los efectos del cambio climático, fenómeno al que atribuye estas inundaciones.
Y, entre las donaciones, este lunes se anunció que la embajada italiana en Moscú ha recaudado en menos de 24 horas 1 millón de euros de rusos adinerados para apoyar la restauración del patrimonio cultural de Venecia.