Uruguay detectó su primer caso de leishmaniasis visceral en un niño del departamento de Salto (norte) que "no presenta elementos de gravedad" y que recibirá el tratamiento adecuado "bajo estricto control médico", confirmó ayer jueves el Ministerio de Salud Pública (MSP).
Según la cartera, la enfermedad, cuyo síntoma más frecuente es la presencia de fiebre "por más de 15 días sin otra causa que justifique", está presente "desde hace años en los países de la región" y en Uruguay ya se detecta en perros desde 2015, en los departamentos de Salto y Artigas (norte).
"Una vez presente en perros, la ocurrencia de la enfermedad en seres humanos es esperable", recalcó el MSP a través de un comunicado.
Asimismo, el Ministerio reconoció que pese a que es una patología "potencialmente grave", es tratable con medicamentos disponibles en el país austral y con evolución favorable "siempre que se atienda en forma oportuna".
En ese sentido se advirtió que ya se pusieron en práctica las directrices previstas en la "Guía de diagnóstico, tratamiento y control de la leishmaniasis visceral en Uruguay", publicada en 2016, y recomendó a la población buscar rápidamente un médico en caso de sospecha.
Por último, detalló que un equipo de epidemiología "se está dirigiendo nuevamente a la zona (Salto) para completar la investigación y coordinar acciones junto a autoridades y técnicos departamentales", entre las que se encuentra la búsqueda y control del mosquito transmisor de la leishmaniasis.
También se buscará la profundización de las acciones ya se llevan a cabo para el control de la enfermedad en los perros con el apoyo de la Organización Panamericana de Salud (OPS) y de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, la más importante del país.
La leishmaniasis es causada por un protozoo parásito del género Leishmania, transmitido por la picadura de flebótomos infectados, y se manifiesta de tres formas principales: la visceral (la más grave), la cutánea (la más común) y la mucocutánea.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la enfermedad afecta a las poblaciones más pobres y está asociada a la malnutrición, a las malas condiciones de vivienda, a la debilidad del sistema inmunitario y a la falta de recursos, así como a los cambios ambientales, como la deforestación o la urbanización.
Solo una pequeña parte de las personas infectadas por Leishmania acaban padeciendo la enfermedad, de acuerdo a la OMS, que estima que cada año se producen entre 700.000 y 1 millón de nuevos casos y entre 20 mil y 30 mil muertes.
La OMS también aclara que la epidemiología de la leishmaniasis cutánea en las Américas es muy compleja, y que hay varias especies de Leishmania en la misma zona geográfica. Y agrega que Brasil concentra el 90 % de los casos de leishmaniasis visceral en esta región.