Un estudio de la Universidad de Tokio apunta a que las poblaciones de Japón y otros países de Asia Oriental cuentan con mayor protección inmunológica frente al nuevo coronavirus gracias a su exposición previa a otros patógenos relacionados, adelantó hoy uno de sus autores.
Esto podría explicar "la menor mortalidad que se registra en Japón y otros países del sudeste de Asia", según dijo el profesor Tatsuhiko Kodama, del Centro de Estudios de Ciencia Avanzada y Tecnología de la Universidad de Tokio, en una rueda de prensa por vía telemática.
Los análisis realizados en muestras de anticuerpos a más de un centenar de japoneses "indican que la inmunidad contra el SARS-CoV-2 existe en muchos individuos no expuestos al patógeno debido a una exposición previa a la proteína de otro coronavirus de la misma familia", explicó Kodama.
Los resultados preliminares del estudio, en cuyo marco se continúan analizando a diario decenas de muestras de pacientes, "sugieren que la inmunidad frente al nuevo coronavirus ya existe en muchos países de Asia Oriental", señaló el experto.
Kodama añadió que su hipótesis se ve respalda por otro estudio publicado hace una semana por científicos estadounidenses y realizado entre residentes de la ciudad de San Diego que no habían estado expuestos al SARS-CoV-2, un 50 % de los cuales tenía "memoria inmune" contra el nuevo coronavirus.
Esa ciudad del estado de California cuenta con un número elevado de residentes de origen asiático y amplias conexiones con Asia-Pacífico y, al igual que en esa región, allí se han registrado en los últimos años sucesivas epidemias de resfriado común posiblemente causadas por cepas emparentadas con el SARS-CoV-2, explicó el experto.
El motivo de esta inmunidad subyacente sería la mayor circulación en Asia Oriental de otras variedades de coronavirus, entre ellas las causantes de los brotes del síndrome respiratorio agudo (SARS) en 2003 y de la epidemia del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) en 2012.
"En Asia Oriental tenemos una larga historia de enfermedades con síntomas similares a la gripe. Muchos de estos virus vinieron originalmente de China y otros puntos del sudeste asiático, y luego se propagaron hacia Oriente Medio y Europa", dijo el profesor de la Universidad de Tokio.
Así, los autores del estudio creen que la exposición previa a los virus de la familia del SARS-CoV-2 "marca una gran diferencia en la respuesta inmunológica y la tasa de mortalidad" del nuevo patógeno entre países de Asia y del resto del mundo, señaló Kodama al interpretar que "se trata de una diferencia inmunológica, no genética".