Las primeras imágenes publicadas la semana pasada del telescopio espacial James Webb fueron acompañadas de cientos de datos puestos a disposición de la comunidad científica, que han sido utilizados por un astrónomo para crear una nueva vista de la galaxia del Abanico (NGC 628).
La imagen fue subida a su cuenta de Twitter por su autor, el astrónomo Gabriel Brammer, que trabaja para el Instituto Niels Bohr de la Universidad de Copenhague y de la que se han hecho eco varios medios.
La primera imagen oficial fruto de las observaciones del mayor y más sofisticado telescopio enviado al espacio la dio a conocer el presidente estadounidense, Joe Biden, el 11 de julio y, un día después, las instituciones que colaboran en el Webb -la NASA estadounidense, la Agencia Espacial Europa (ESA) y la canadiense (CSA)- publicaron otra serie de ellas.
Lo que llega ahora es la interpretación que ha hecho Brammer de alguno de los primeros datos enviados por el telescopio desde su ubicación a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra.
El astrónomo publicó la imagen en la que se puede ver la galaxia del Abanico, en forma de espiral, con unos espectaculares colores en la gama de los magenta, y la acompañó con un comentario: “Veamos lo que JWST (el telescopio espacial James Webb) observó ayer…. Oh, Dios mío”.
La galaxia del Abanico, señaló Brammer en una entrevista con The Independent, “probablemente se parece mucho a lo que creemos que es nuestra propia Vía Láctea”.
NGC 628, también llamada Mesier 74 o la galaxia fantasma, ya había sido retratada por el telescopio espacial Hubble, que daba de ella una imagen con colores más azulados, crema y marrones.
El Hubble, que lleva tres décadas en servicio, opera principalmente con luz visible, mientras que el James Webb lo hace en el espectro infrarrojo, una de las claves por las que puede ofrecer una visión en mayor detalle que las conocidas hasta ahora.