El uso de termómetros infrarrojos se hizo muy popular en los inicios de la pandemia como una medida de controlar las personas que entraban en un país a través de sus aeropuertos, y en segundo lugar, como medida de control para ingresar a establecimientos comerciales, instituciones del Estado, oficinas privadas, entre otras entidades.
A diario, en los accesos a estos negocios se observa a la seguridad, guardianes y más personal de dichas empresas con estos dispositivos. Unos miden la temperatura en la mano; otros en la frente o en el cuello, y otros simplemente no la miden.
En marzo de 2020, el Departamento de Salud Humana de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), publicó unas directrices para determinar quién necesitaba atención médica por síntomas que sugirieran infección de SARS-CoV-2, con la toma de temperatura jugando un papel importante. Estas directrices indicaban fiebre –tomada mediante estos termómetros – cuando igualaba o superaba los 38 grados centígrados en escenarios no sanitaros, y 37,8 grados en los centros sanitarios, y a raíz de ello los países adoptaron medidas al respecto.
El Ministerio de la Presidencia de la República Dominicana, basado en los aportes científicos de ese momento y la postura de la OMS y el CDC para esa fecha, publicó el 17 de mayo del 2020 un Protocolo de General y Sectorial para la Reinserción Laboral, donde establecía la toma de temperatura (la cual debe ser menor a 37.5 °C) con termómetros infrarrojos como una medida de control para el ingreso de colaboradores y clientes a centros comerciales, instituciones públicas y privadas.
William Wright, de la Johns Hopkins, y Philip Mackowak, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland, entendía que medir la temperatura de las personas con termómetros de infrarrojos no es una medida eficaz para detectar el coronavirus y mucho menos para evitar su expansión, y realizaron varios estudios, teniendo los siguientes resultados:
“Desde febrero a marzo de 2021, a más de 46,000 viajeros se le tomó la temperatura con termómetros infrarrojos en los aeropuertos de los Estados Unidos, y solo se identificó a una persona como portadora de SARS-CoV-2”, señala Wright.
En un segundo ejemplo, el personal de los CDC y los oficiales de aduanas le tomaron la temperatura aproximadamente a 268.000 viajeros hasta el 21 de abril de 2021, encontrando solo 14 personas con el virus.
Los autores también mencionan un informe de los CDC que indicaba que solo el 0,001 por ciento de los pasajeros detectados con temperatura superior a los 37.5 C había dado positivo en SARS-CoV-2.
Un país de la región que eliminó el uso de termómetros infrarrojos y el uso de alfombras desinfectantes fue Colombia a través Resolución 0223 de 2021 que modifica la resolución 666 del 2020 donde si era obligatorio el uso de termómetros infrarrojos.
En ese sentido, exhortamos a nuestras autoridades de salud a revisar el protocolo general y sectorial con miras a que el mismo esté acorde a la evolución de la pandemia y basado en los últimos aprendizajes de la ciencia.
Hoy sabemos que medidas como la toma de temperatura corporal para ingresos a establecimientos, empresas públicas y privadas, entre otros, y el uso de alfombras desinfectantes contribuyen muy poco a prevenir la expansión del covid-19. En cambio, si a la fecha hay medidas que siguen funcionando y que realmente contribuyen a frenar la pandemia, entre ellas: el correcto uso de la mascarilla, lavado de manos, ventilar los espacios cerrados, evitar hacer reuniones en espacios cerrados y mantener el distanciamiento físico, son cinco medidas que salvan vidas.
Mi invitación es a que nos concentremos en estas cinco medidas bioseguridad más efectivas para seguirnos protegiendo del COVID-19 mientras la reactivación de del país sigue en marcha.
Z Digital no se hace responsable ni se identifica con las opiniones que sus colaboradores expresan a través de los trabajos y artículos publicados. Reservados todos los derechos. Prohibida la reproducción total o parcial de cualquier información gráfica, audiovisual o escrita por cualquier medio sin que se otorguen los créditos correspondientes a Z Digital como fuente.