El padre Miguel Ángel Grullón quien estuvo este sábado en el programa especial que realizara la Z 101 en la provincia de El Seibo, denunció un desalojo a 80 familias en horas de la madrugada, en el cual asegura que los guardas campestres del Central Romana violentaron la dignidad de esos comunitarios, hogares donde dijo, había niños y personas con alguna discapacidad.
Pidió al abogado del Estado, que dicte una orden de desalojo al Central Romana de la provincia de El Seibo, por esas tierras pertenecen a sus comunitarios.
“Esas tierras son nuestras, nos la han arrebatado, las ocupan, destruyen hogares y familias; y violan la imagen sagrada de Dios en cada una de las personas”, dijo el sacerdote, quien llevó un zapato de una niña llamada “Yeidi”, el cual dijo, simboliza la violación a la dignidad de toda esa comunidad.
Dijo que el desalojo se produjo la noche del 26 de enero, Día de Duarte, y que hoy a la luz del día siguen denunciándolo.
“La cobardía de aquella noche en la que el Central Romana, que se piensa que es la todopoderosa… ellos, los guarda campestres, tumbaron 80 casas de 80 familias a las 3 de la madrugada… encañonaron a los niños”, expresó el sacerdote, a quien acompañaron los afectados, quienes además, ofrecieron testimonios.
Señaló que después de luchar mucho y de reunirse con las autoridades del Central Romana, ellos les dijeron que lo sentían, pero que su política era de expansión.
“Era un camino de uso público, un camino vecinal que no obstaculizaba a nadie”, manifestó.
Agregó que se reunieron con las magistradas de Derechos Humanos, Rosalba Cruz, hoy fiscal del DN, y Danitza Cruz, quienes les dijeron que eso iba a ser sancionado.
“En Naciones Unidas también nos dijeron que eso iba a ser castigado porque no se podía permitir que de madrugada irrumpieran en casas. Naciones Unidas lo condenó este hecho… esa condena llegó aquí y cuando nos dijeron de las más altas instancias jurídicas del país que esto iba a ser condenado… llegó la instancia del Ministerio Público diciendo que no hay nada que sancionar”, lamentó el padre.
Señaló que por eso siguen denunciando “la cobardía de aquella noche en la que el Central Romana lleva cien años destruyendo la dignidad humana en la comunidad de El Seibo”.