“Resiste, Colombia, resiste”, tres palabras que marcan la vida de miles de colombianos que se suman a un paro nacional en el que arriesgan su vida con tal de alzar sus voces para exigir al Gobierno igualdad, salud, educación, empleo, seguridad y una vida “digna”.
Ya casi se cumplen tres meses desde que Colombia decidió levantarse en contra de las medidas del Gobierno consideradas como “abusivas” y salir a las calles con carteles, banderas y megáfonos a protestar en contra de la “Ley de Solidaridad Sostenible”, una reforma fiscal promulgada por el presidente Iván Duque este año. El 28 de abril del 2021 se convirtió en una fecha inolvidable para el pueblo colombiano, ese día se despertó y dijo “ya no más”.
“(Las protestas) representan el descontento de una sociedad que ha pasado muchas décadas buscando oportunidades para una calidad de vida, sin éxito”.
¿Y el Gobierno? No se detuvo a escuchar. Respondió a la manifestación con disparos, violencia y represión en contra de los civiles.
“En el barrio Siloé de la ciudad de Cali se empezó a conocer de la entrada militar al barrio con todo el potencial de una guerra grande pero instaurada en un barrio marginal, donde entraban con helicópteros, camiones llenos de escuadrones de operativos especializados, motorizados y escuadrones del ESMAD, escuadrones paramilitares”, relata el activista colombiano Luccello Pega.
“Había una represión muy fuerte, a sangre y fuego”, narra.
El paro nacional golpeó “fuerte” a Luccello, quien conmocionado admite que en el momento del estallido social “ninguno de nosotros estaba preparado para eso, no lo quería aceptar”. Dentro de sus anécdotas, cuenta el caso de un joven que acababa de llegar del servicio militar y murió en su barrio por un fuego cruzado, “no pensó que al regresar a su casa iba a encontrar la muerte”.
La manifestación se extendió como pólvora y otros departamentos empezaron a sumarse. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos reportó que entre el 28 de abril y el 4 de junio, en Colombia se realizaron 12,478 protestas en 832 municipios, esto se traduce en:
Manifestaciones sociales en Colombia entre el 28 de abril y el 4 de junio por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
El Estado señaló que 1,418 de estas protestas presentaron “disturbios” o “acciones violentas” para las cuales habilitó la intervención del Escuadrón Móvil Antidisturbios intervención (ESMAD). ¿El resultado? 1,113 personas lesionadas, 21 fallecidos y 18 casos de lesiones oculares según cifras reportadas por la Defensoría del Pueblo.
El epicentro del estallido social no sólo fue la última reforma fiscal impuesta y luego retirada por Iván Duque, se trata de un mal común que viene arrastrando el país desde hace más de un siglo: en Colombia se han hecho más de 50 reformas tributarias desde 1897. Siempre con la promesa de “construir una mejor Colombia para todos”, de acuerdo con las motivaciones del Senado del país para la aprobación de las reformas.
Últimas cuatro reformas tributarias de Colombia
https://muluavila.cincopa.com/watch/AMOAW3ep3gtf > .Fuente: Documentos originales de las Reformas Tributarias entre 2016 y 2021.
Una cara de las reformas tributarias
A lo largo de los años, las reformas tributarias han sido catalogadas y aplicadas como soluciones a los problemas del país por distintos mandatos colombianos. Entre 2016 y 2021, período que comprenden los gobiernos de Juan Manuel Santos e Iván Duque, se plantearon cuatro reformas de las cuales tres fueron aplicadas.
A través de estas leyes impositivas, se ha planteado la mejora del país en distintos niveles, ya sea beneficiando a diversos sectores económicos o clases sociales, o para intentar saldar la deuda pública nacional. A través de estas reformas se han desarrollado nuevos impuestos destinados a la mejora del medioambiente en el país, se redujo la tarifa de renta para las empresas y se puso en vigencia un sistema de formalización de cobertura en seguridad social destinado específicamente para facilitar el proceso a los pequeños comerciantes.
En esencia, tres de las últimas cuatro reformas buscaban mejorar las mismas cosas, con la única diferencia que siempre eran propuestas por el gobierno como una “versión mejorada” de su predecesora.
Sin embargo, ese no es el caso de la última reforma propuesta. Con la llegada de la pandemia a Latinoamérica a inicios del 2020, la economía sufrió una contracción y ante este panorama, el gobierno propuso el plan de “Ley de Solidaridad Sostenible” que buscaba recaudar $6.300 millones de dólares aproximadamente, que se utilizarían para reparar el hueco fiscal. Además, se buscaba expandir la cobertura de los programas de protección social, mejorar el acceso a la educación superior a las clases más vulnerables, entre otros objetivos.
Impacto de las reformas: la otra cara de la moneda
Pero, a pesar de contar con características favorables, el impacto de las reformas tributarias ha sido perjudicial para Colombia, no solo para su economía nacional, sino también para el pueblo y su calidad de vida. Este enunciado se ve corroborado por los mismos colombianos y se evidencia en una encuesta realizada por el equipo de investigación de este trabajo, la cual fue respondida por 37 personas en un rango de edad entre 16 y 60 años, durante la primera semana de julio.
“El aumento de los impuestos para las personas naturales es exagerado, la clase media y clase obrera termina pagando más que los empresarios y clase alta. Los empresarios y la clase alta se ven beneficiados con preventas fiscales y hasta paraísos fiscales que les permiten pagar menos impuestos o hasta no pagar”, expresó uno de los encuestados.
Encuesta realizada a ciudadanos colombianos. Julio 2021.
El problema de las reformas es que, a pesar de prometer beneficios para la población, normalmente su mayor impulso es tapar el hueco fiscal e intentar pagar la deuda externa, y ¿Cómo pretende el Gobierno hacer esto? a través del incremento de impuestos. Ahora bien, aunque los impuestos son necesarios y fundamentales dentro de la economía, el contratiempo se da cuando se mira a quienes se les cobra.
Diego Guevara, profesor de economía en la Universidad Nacional de Colombia que además cuenta con un Ph.D en Ciencias Económicas, expresó en una entrevista realizada para esta investigación que “si tú le vas a cobrar a una parte de la población que está golpeada por la crisis para pagar a los acreedores financieros pues claramente estás tomando una decisión política en la que estás beneficiando a los tenedores de deuda por encima de tus ciudadanos y al final eso es lo que pasa en Colombia.”
Las últimas cuatro reformas tributarias han golpeado principalmente a la clase media, ya sea en la declaración de la renta y un mayor pago del Impuesto de Valor Agregado (IVA), hasta el punto de que necesitan destinar hasta dos salarios mínimos solo para adquirir bienes básicos, haciendo casi imposible el poder ahorrar. Por esa razón fue que la Ley de Solidaridad Sostenible causó tanto revuelo en Colombia: esta pretendía realizar ajustes a los impuestos de distintos estratos e incluyeron el estrato 4, es decir, la clase media, dentro de este aumento.
Encuesta realizada a ciudadanos colombianos. Julio 2021.
Según datos proporcionados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la clase media pasó de ser el 30,1 % de la población en 2019 al 25,4 % en 2020, siendo el sector más afectado durante la pandemia.
Pese a que estas reformas están destinadas a pagar la deuda externa del país, esto no se evidencia a través de los años. Lo único que ha hecho la deuda es ir en aumento.
Deuda externa de Colombia entre 2016–2021. Fuente: Banco de la República — Colombia (BRC)
Al respecto, Diego Guevara expuso que “Es como un círculo vicioso, porque siempre estás pidiendo prestado para pagar más deudas, es lo que en economía le llaman como ‘los esquemas de importes de inestabilidad financiera’, donde al comienzo pediste prestado y puedes pagar capital, después solo puedes pagar intereses y ya después tienes que comprar deuda para pagar deuda y hacer lo que llaman ‘roll-over’ de la deuda”.
Paula Katherine Triviño, socióloga y asesora de la Unidad de Trabajo Legislativo en el Senado de la República de Colombia, resaltó que esta situación de reforma tras reforma sin resultados concretos funcionó como un “detonante” para el paro nacional de este año, ya que no es la primera vez que se realiza una protesta como la actual. Triviño aseguró que cada año suelen salir a protestar distintos segmentos de la población porque las reformas les impactan de manera directa y siempre hay algo que les afecta.
El país más desigual de la región
Colombia es, por un lado, la cuarta economía más grande de América Latina; un país rico en climas, cultura, gastronomía y agricultura, y uno de los destinos turísticos predilectos de la región. Al reverso, es la nación con más desigualdades entre sus territorios de toda Latinoamérica; un país con grandes brechas en niveles de desarrollo, y donde la población considerada “clase alta” es el 1,7 %, mientras la más pobre es casi la mitad de todos los colombianos. Estas afirmaciones se observan en el Índice de Desarrollo Regional para Latinoamérica del año 2020.
Según este índice, publicado el 14 de octubre de 2020, Colombia es el país más desigual en materia social y económica de los 182 territorios analizados en América Latina. “Las brechas de desarrollo regional al interior de un país suelen ser menos pronunciadas con respecto a otras naciones, con la gran excepción de Colombia (país con grandes brechas internas)”, se lee en el informe.
Fuente: Departamento Administrativo Nacional de Estadística.
Para 2019, el ingreso laboral promedio de la población ocupada fue de $1.121.848, para 2020 fue $1.060.674.#DANELeCuenta el ingreso laboral promedio de las personas ocupadas en el mercado laboral según clases sociales 👇 pic.twitter.com/qvUcRw4GGN
— DANE Colombia (@DANE_Colombia) May 7, 2021
En otras palabras, no existe otro país en la región que supere a Colombia en cuanto a sus brechas en dimensiones como la educación, la salud, el bienestar colectivo, la actividad económica, las instituciones públicas, la seguridad, el medio ambiente y el género. El estudio develó una realidad que los colombianos ya se conocen de memoria: que los niveles más bajos de desarrollo entre los departamentos del país corresponden al bienestar socioeconómico y a la seguridad.
Cada hogar colombiano se clasifica por estrato socioeconómico, lo que incide directamente en el cálculo de impuestos que deben pagar. Es decir, mientras más vulnerable es la población más se expone a pagar altos impuestos.
El coeficiente de Gini, que evalúa la distribución de los ingresos de los hogares y en base a esto calcula la desigualdad existente entre los ciudadanos de un territorio, señala que para el 2020 Colombia registró su nivel más alto de desigualdad con 54,4 puntos.
Según cifras del Banco Mundial, desde hace una década la nación suramericana no alcanzaba estos números, cuando en el 2010 su desigualdad se situó en 54,6 puntos. ¿Qué pasaba en la política de Colombia en el 2010? Juan Manuel Santos asumió el mando del país. El 7 de agosto de 2010, Santos se sentó en la silla presidencial e inmediatamente proclamó una nueva reforma tributaria: la Ley 1430.
Dos años más tarde sobrevino a la población colombiana otra reforma fiscal, la Ley 1607 que creó el impuesto a las ganancias ocasionales y el impuesto sobre la renta para la equidad. Durante este año la desigualdad del país se colocó en 52.6, un progreso en comparación con el 2010 pero persistía la alta desigualdad.
Fuente: The World Bank (Banco Mundial).
En 2014 Santos promulgó la Ley 1739, que creó el impuesto a la riqueza que obligaba a pagar el 2 y el 3,5 por ciento a los patrimonios de las personas o familias que hayan declarado más de 200 millones de pesos.
Pasaron otros dos años y volvieron las reformas fiscales, esta vez con la Ley 1819 que contemplaba el aumento del IVA de 16% a 19%. Para el 2016 la desigualdad en Colombia descendió a 50,6 puntos y en el 2017 el país alcanzó su punto más bajo en la última década en materia de disparidad: 49,7.
No obstante, Iván Duque asumió la presidencia el 7 de agosto de 2018 y para este año la desigualdad volvió a subir con 50,4 puntos. El nuevo mandato vino asociado de otra reforma fiscal, la “Ley de financiamiento” de 2018. Un año después, la desigualdad siguió aumentando 0,9 puntos en comparación con el 2018. En medio del panorama, el presidente Duque entendió que era momento de otra reforma que “recuperara la economía colombiana” y “mejorara las condiciones de vida de la población”: la Ley de Crecimiento Económico o Ley 2010.
Las distintas administraciones del país han contemplado a las reformas tributarias como gestores de cambios económicos y sociales importantes. Sin embargo, en su mayoría estas leyes impositivas han causado el efecto contrario: beneficiar a empresas y sectores ricos a expensas de la clase trabajadora de Colombia.
En este punto coincidió el economista Diego Guevara, quien señaló que lejos de solucionar el hueco fiscal que ataca a la economía de la nación, algunas de las reformas fiscales que se han implementado buscan “rentabilidad” en la clase media y sectores vulnerables.
“El problema de algunas reformas fiscales en Colombia es que le han descontado impuestos y le han dado unas gabelas a unos regalos tributarios a algunos sectores, como el petrolero y algunas grandes empresas, y han tratado de tapar el hueco buscando impuestos en las clases medias y en otros sectores”, expresó el también catedrático en la Universidad Nacional de Colombia.
Dentro de las comunidades más afectadas por estas reformas figuran los grupos étnicos, la juventud, las mujeres y empleados informales. Según un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos emitido en junio de 2021, los departamentos con mayor concentración de población por debajo de la línea de la pobreza en Colombia coinciden con las regiones donde se asientan pueblos indígenas y comunidades afrodescendientes.
La desigualdad desde los ojos del pueblo
Los indicadores de desigualdad social mencionados anteriormente se ven agravados ante la crisis económica y social causada por la pandemia del Covid-19. En el 2020, 2,78 millones de colombianos ingresaron a la pobreza extrema, la tasa de desempleo aumentó a 15.9 % con respecto al año anterior, que fue de un 10.5 %, y la pobreza creció en un 6.80 % siendo el mayor incremento en los últimos cinco años. Mientras esto ocurre, la clase alta se mantiene casi intacta.
Aún sin tomar en cuenta la pandemia, la situación de Colombia en materia de desigualdad ya se estaba agravando desde el 2018, como indica el coeficiente Gini, y sin dudas es algo que no pasa desapercibido frente a los colombianos.
Encuesta realizada a ciudadanos colombianos. Julio 2021.
En esta misma encuesta realizada por este equipo de investigación un 78,4 % de colombianos opinó que las reformas fiscales aumentan la desigualdad en Colombia, mientras que el resto (21,6 %) indicó no estar seguro de la respuesta. El punto clave de estos datos está en que ninguno opina que no exista una relación entre la desigualdad y la implementación de las reformas fiscales.
Estos son datos que ayudan a comprender el rechazo del pueblo colombiano ante la posibilidad de una nueva reforma en el 2021. El proyecto de Ley de Solidaridad Sostenible de Iván Duque fue propuesto en uno de los mayores momentos de vulnerabilidad de la población colombiana en los últimos años.
Un 86,5 % de los encuestados consideran la desigualdad social como uno de los motivos del estallido del presente año. En un principio la causa fue la reforma tributaria, pero aunque el proyecto fue revocado las protestas continuaron en demanda de la mejora de la situación económica y social del país y que se venía acumulando.
Esto demuestra que el estallido social ocurrido en el presente año va más allá de la reforma tributaria. Tal como expresó uno de los ciudadanos colombianos encuestados: “(Las protestas) representan el descontento de una sociedad que ha pasado muchas décadas buscando oportunidades para una calidad de vida, sin éxito”.
El 20 de julio del presente año Colombia celebró su independencia en un escenario convulso, una desigualdad social y económica que arropa a la nación y múltiples manifestaciones a nivel nacional, ¿La diferencia fundamental? Colombia ya no se queda callada.
Equipo de investigación: María Avila, Ashley Buret, Rubí Morillo, Ashley Ann Presinal y Shaina Cuello. Investigación supervisada por la Dra. Esmerarda Montero-Vargas, en el marco de la asignatura Periodismo de Datos. Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC).