El precandidato presidencial por el Partido Nacional Voluntad Ciudadana, Ramfis Domingo Trujillo, se presentó esta mañana ante la sede de la ONU en la República Dominicana, para hacer entrega de una carta donde externó su preocupación por el retiro de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización en Haití (Minustah).
Acompañado por el presidente de su partido, Juan Cohen Sander, consideró que el retiro de la ONU, a pesar de haberse concertado con dos años de anterioridad, en aquél entonces, “no proyectaba la incertidumbre y el descalabro que vive el pueblo haitiano en estos momentos”.
“La reconsideración de la decisión de la ONU de retirar la misión de paz en Haití, hasta bien obtener los resultados de estabilización social y seguridad pautados en sus orígenes, para disminuir el riesgo para la República Dominicana, en materia de una acrecentada invasión, o peor aún, un estallido social que pueda desequilibrar los estamentos políticos, económicos y sociales de nuestra nación, y en efecto toda la región”, pidió.
De acuerdo con un comunicado, el aspirante a la Presidencia alertó sobre que lo que comenzó como una agudizada crisis política y un levantamiento cívico, está a punto de convertirse en una guerra civil.
“Los enfrentamientos se tornan más bélicos, sin que la comunidad internacional se inmute, siendo cómplice de la crisis humanitaria que, aunque comienza en dicha nación, despunta en un clima de irrupción territorial y una afrenta a las ya debilitadas condiciones de nuestra nación”, explicó.
En este sentido, realizó un llamado se atención, diciendo que: “de agravarse la situación en el país vecino que se encuentra al borde de una guerra civil, se recrudecerían las ya nocivas condiciones en la República Dominicana, por padecer de una incontrolada apertura fronteriza, como resultado de una política migratoria infringida, una escuálida disposición de nuestras autoridades, y el afán desmedido de innumerables organismos internacionales de injerir sobre nuestra bandera, persiguiendo una agenda de apertura limítrofe globalista”.
“Más allá de esta contemplación, hoy las circunstancias en la República Dominicana se ven agravadas por una crisis política dentro del oficialismo, ocasionando un clima de inestabilidad y una flagrante conspiración a las mismas instituciones llamadas a preservar la democracia en el país; un caldo de cultivo que amenaza con la descomposición política y la fragilidad socioeconómica del país”, agregó.
Reprochó que, mientras algunos organismos internacionales critican a la República Dominicana, tildando de xenofobia, racismo o anti-hatianismo, el hecho de querer fortalecer las fronteras y hacer cumplir las leyes migratorias, otros países continúan expulsando a los nacionales haitianos .
“Sin embargo, entendemos que nuestra postura es racional, objetiva, y sensible, entendiendo la obligación de priorizar el bienestar de nuestros conciudadanos, aun afligidos por las grandes precariedades que nos han motivados a ser siempre el país más solidario con el pueblo haitiano”, sostuvo.
En este punto, explicó que el 12.5% del presupuesto nacional lo consumen loa inmigrantes haitianos asentados de manera irregular en atenciones de educación, salud, alimentación; aunado esto a los “inconcebibles niveles de corrupción, calificando en el segundo lugar de la región en porcentaje de aumento de la corrupción según estudios de Transparencia Internacional, con un inaceptable índice de pobreza y analfabetismo y un endeudamiento que sobrepasa el 70% del PIB, certificando nuestra condición de Estado fallido”.
De modo que, dejó claro su respaldo a una política de no intervencionismo. “Lucháremos para hacer respetar nuestros derechos como país libre y soberano, jamás permitiendo las injerencias sobre nuestra gloriosa bandera tricolor, y exigiendo el respeto ineludible a nuestros derechos y deberes ante los desafíos y las presiones internacionales”.