Por Till Simon Nagel
El macizo Cat S61 alerta de que la calidad del aire es naranja y que hay que buscar con urgencia ventilación. Lo hace gracias a un sensor que lleva incorporado este celular producido por el fabricante británico Bullit con el logo de la empresa de maquinaria de construcción Caterpillar.
Se trata de un smartphone Android con las aspiraciones de un portaaviones: un marco de metal muy robusto, una pantalla y parte trasera resistentes y conexiones protegidas de la entrada de agua. A primera vista se ve que está hecho para su uso en el sector industrial.
Los teléfonos muy resistentes son un producto de nicho, pero el nicho está creciendo. Se caracterizan por estar hechos de un material especialmente resistente y por estar protegidos frente a los elementos. Además, suelen proporcionar informaciones extra que otros no tienen, señala Michael Stupp, del portal "Inside-Handy.de".
Fabricado también por Bullit para Land Rover, el Land Rover Explore lleva, por ejemplo, funciones específicas de navegación y mapas para deportistas outdoor.
El Cat S61 cuenta asimismo con un medidor de distancia láser y una cámara térmica, además del sensor de calidad del aire. Sin embargo, el propio smartphone alerta de que uno no debe confiarse ya que sólo aspira a ser un indicador de la presencia de contaminantes de las pinturas, disolventes, cosméticos o pegamentos. Pese a ello, hay que decir que reacciona. Por ejemplo, quienes tengan cocina a gas puede que en un futuro la usen únicamente con la ventana abierta ante la aparición de la alerta roja.
Pero ¿quién necesita algo así? Todo apunta a que cada vez hay más personas a las que les interesa, porque el mercado para estos teléfonos especiales está creciendo. Además de Bullit, hay otros fabricantes como Ruggear, Sonim o Crosscall produciendo celulares de este tipo, a los que se suman marcas chinas desconocidas.
Según estimaciones de CCS Insights, en Europa Occidental se venderán este año diez millones de smartphones de tipo industrial o outdoor, y en todo el mundo unos 36 millones.
"Los celulares del mercado masivo son aparatos preciosos que les gustan a muchas personas", señala la analista de CCS Marina Koytcheva. "Pero sus grandes pantallas los hacen muy susceptibles de sufrir daños".
A veces se necesita algo más resistente. El Cat S61 está pensado para artesanos, trabajadores manuales, bomberos o personal de seguridad. Su funda lo protege del agua, de las caídas y el calor. Su cámara encuentra puentes térmicos en edificios, localiza tuberías, encuentra personas en la oscuridad o ayuda a descubrir dónde hay brasas ardientes. Cuesta 900 euros, bastante menos que los aparatos específicos para estas tareas.
"La cámara térmica no se compara con los dispositivos específicos muy caros del comercio especializado", indica Michael Stupp, pero para los instaladores puede ser de gran ayuda para diagnósticos rápidos.
Otros fabricantes, como Crosscall, ofrecen distintos servicios, como una larga duración de la batería y sencilla transmisión de datos, y Ruggear cuenta con la pantalla 18:9, que está ahora de moda pero en una funda dura o cargadores magnéticos.
Naturalmente, todos estos celulares también cuentan con las funciones habituales para su uso diario en todas las circunstancias, "pero el usuario debe saber que están centrados en sus características industriales y outdoor", señala Stupp. Es decir que no llevan el procesador más nuevo, la mejor pantalla ni el diseño más bonito, sino que normalmente cuentan con un hardware de gama media en combinación con baterías de gran capacidad.
Stupp añade que no es necesario pagar 900 euros, sino que ya hay ofertas en el segmento a partir de unos 400 euros. Para ahorrar dinero también se pueden adquirir modelos más antiguos. En cambio, es mejor no comprar los productos chinos de 100 o 200 euros, que se ven robustos pero no lo son y tampoco están bien protegidos del agua o el polvo.
En cualquier caso, tampoco hay una total garantía en el caso de los modelos más caros, por lo que Stupp recomienda comprar aquellos que cuenten con soporte técnico en el país de residencia.