En esta primera entrega de Ginecoide trataremos la importancia del inicio precoz de los chequeos prenatales a sabiendas que los mismos favorecen un adecuado seguimiento secuencial del embarazo, de la mano de los componentes fundamentales para lograr el éxito de los mismos a si como las diferentes analíticas o pruebas serológicas de carácter obligatorio para un buen control prenatal.
Se llama chequeos prenatales a los encuentros que tiene una embarazada con un profesional de la salud donde se evalúa el desarrollo de la gestación y se prepara la mujer para la etapa que comprende hasta los 60 días postparto llamada puerperio.
Según la OMS, así como todos los organismos sanitarios recomiendan que los chequeos de una embarazada inicien antes de las 12 semanas de gestación, pues a esta edad gestacional es posible la detección de riesgos y morbilidades materno fetales; es lo que se denomina captación temprana del embarazo y representa una de las principales características que debe tener un chequeo prenatal eficaz.
En ese sentido, es mandatorio en este primer encuentro luego de la confirmación del embarazo la evaluación completa e integral de la mujer evaluar los diferentes sistemas incluyendo las mamás cuyos cambios en el embarazo pudieran enmascarar alguna patología, se evalúan además las condiciones hemáticas, asumiendo los datos arrojados por un hemograma (hematócrito y hemoglobina) podemos identificar la presencia de anemia, cabe resaltar que dentro de los cambios fisiológicos que incluye la gestación está la hemodilución donde hay un aumento del plasma sanguíneo en un 25 % más no pasa igual con los elementos formes de la sangre incluyendo la hemoglobina lo que hace posible la llamada "anemia fisiológica del embarazo".
La regulación de la glucemia en los seres humanos incluye como principal factor una hormona llamada insulina, dentro del componente hormonal del embarazo existe una hormona que contraregula la acción de la insulina llamada "lactógeno placentario", la misma hace que el embarazo sea "diabetógeno por excelencia", es por eso la importancia de incluir glicemias séricas periódicamente dentro de los chequeos prenatales y de esa manera detectar o prevenir la diabetes gestacional, entidad que trae múltiples complicaciones fetales como macrosomía, malformaciones cardíacas, muerte fetal, entre otras.
Las infecciones son una importante causa de pérdidas del embarazo en el primer trimestre, también son la principal causa de amenazas de partos pre términos y de partos prematuros, el foco infeccioso más común son las vías urinarias dado a los cambios que produce el embarazo en este sistema por ello es necesario la realización de un examen de orina, así como la necesidad de realizar urocultivo para la confirmación del agente causal que en el 80 % de los casos es la bacteria E. Coli.
La tipificación sanguínea materna es de suma importancia sobretodo si la madre corresponde al grupo sanguíneo RH negativo, pues existe riesgo de isoinmunizarse cuando su hijo es de la tipificación diferente; RH positivo (adquirido del padre), hace necesario la aplicación de una inmunoglobulina para prevenir la isoinmunización al RH, entidad que afectaría a los hijos futuros en caso de no aplicarse dicha inmunoglobulina.
De igual forma, existen enfermedades infectocontagiosas cuya aparición afectan de manera directa al feto, produciendo abortos, malformaciones congénitas, y hasta la muerte fetal estas enfermedades se conocen como "Complejo TORCH", que por su acrónimo comprenden toxoplasmosis, rubeola, citomegalovirus y herpes. De aquí de manera rutinaria se realiza la toxoplasmosis partiendo de que las demás son poco frecuentes.
La prueba de falcemia no puede faltar y siempre que sea positiva se debe acompañar de una electroforesis de hemoglobina, la misma sirve para determinar el tipo de falcemia ya sea homocigota o heterocigota, dependiendo de estas valoramos la posibilidad de transmitir de manera hereditaria el trastorno al feto, además del riesgo que representa la forma homocigota de la misma.
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Las pruebas virales VIH, hepatitis C, hepatitis B, son indispensables en un chequeo prenatal pues junto con la sífilis representan una importante causa de infecciones transmisibles de manera vertical (madre-feto). Al igual que la sífilis cuyas secuelas pueden ser mortales en el recién nacido con la aparición de sífilis congénita, pero cuya transmisión se desarrolla durante el embarazo; existen varias pruebas para investigar sífilis como el VDRL, RPR, Fta-bs, las cuales pueden realizarse sin ninguna contraindicación durante los chequeos.
Mencionar el tamizaje para las infecciones vaginales y muy especialmente el estreptococo del grupo B debido a su precedencia en la sepsis neonatal, interrogar la paciente sobre la realización de citología, el historial clínico, antecedentes obstétrico y familiares de la misma.
Las consultas prenatales posteriores suelen programarse a intervalos de cuatro semanas hasta la semana 28; cada dos semanas hasta la semana 36, y luego cada semana. Las mujeres con embarazos complicados a menudo necesitan regresar a consulta cada una o dos semanas.