El politólogo Daniel Pou advirtió que constituye un problema de “gran envergadura” el nivel de abstención originado en las elecciones pasadas, situación que evidencia que entre los partidos políticos hay muchos problemas.
Entrevistado por el periodista Federico Méndez, resaltó que Santiago, la segunda más poblada, fue la provincia que generó un mayor nivel de abstención en las votaciones del 19 de mayo.
Asimismo, manifestó que en las cuatro provincias que hubo mayores niveles de personas que no fueron a ejercer su derecho al voto, como Santo Domingo, Distrito Nacional, Santiago y San Cristóbal, aglutinan el 51% de los votantes del país.
Indicó que las tres provincias pueden decidir la elección presidencial, si la población votante acude a sufragar durante el proceso.
“Indiscutiblemente que los resultados de este proceso electoral nos dan señales claras y evidencias de que hay una grave crisis en el sistema político, definitivamente el sistema político presenta una crisis”, agregó.
El experto considera que la principal crisis que genera el sistema político se ha originado por falta de prácticas democráticas en su interior.
“Pudimos ver cómo días antes de las elecciones en uno de los partidos había una pugna entre candidaturas, algunos que eligieron con encuestas, a otro que lo quisieron desplazar y despojar de las posiciones que habían logrado en las encuestas y se dieron procesos donde hubo que litigar en el Tribunal Superior Electoral para recomponer boletas”, argumentó.
Pou observó que contra todas las previsiones que se originaron, de que en las presidenciales se produciría una mayor votación que en las municipales, resulta que ambas fueron precarias en términos de concurrencia.
“Es la tercera señal que se recibe, la primera fue cuando la pandemia, en el 2020, donde se dijo que fue la pandemia, le dieron valor de verdad a que era la pandemia, ahora se demuestra que no era la pandemia”, precisó.
Atribuye la causa a la desconexión existente entre el sistema de partidos y los votantes, donde entiende que no hay confianza y las organizaciones no logran descodificar lo que la gente está pidiendo.
“Danilo puede retirarse de la presidencia del PLD, pero tras bambalina puede seguir meciendo la cuna”
El politólogo Daniel Pou afirmó que el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) debe dar señales de reorientación y de que buscará nuevos términos para presentarse políticamente, pero no toda intención siempre rinde los frutos.
Cree que el partido morado tuvo una mala conducción y tiene una crisis de liderazgo, porque el de Danilo Medina evidencia la pérdida de la fortaleza que siempre tuvo y no se ha producido el relevo generacional.
Pou plantea que el modelo dominicano no tiene capacidad de asimilar tres partidos políticos de la misma dimensión, que afirma no es el caso que se refleja ahora.
“Porque ahora tenemos un partido monstruosamente grande, un partido mediano y un partido pequeño, que se ha convertido en un partido de bolsillo, el Partido de la Liberación Dominicana”, agregó.
Cree que una gran parte de la militancia del PLD votó por la Fuerza del Pueblo porque el expresidente Leonel Fernández apuntaba al segundo lugar en las elecciones.
Indicó que a pesar de que el expresidente Danilo Medina y el secretario general del PLD, Charles Mariotti, anunciaron que no se postularán de nuevo por la posición dirigencial que ostentan, se debe averiguar la mano que mece la cuna.
“Porque Danilo puede retirarse de la presidencia del Partido de la Liberación Dominicana, Charles Mariotti de la secretaría general, pero tras bambalina pueden seguir meciendo la cuna y eso es lo preocupante”, señaló.
A su juicio, en la situación en que se encuentra Medina y una gran cantidad de funcionarios de su gobierno, que tienen una línea de expedientes abiertos en la Procuraduría General de la República, no le conviene mucho que su imagen se desvirtúe del PLD, porque se haría más vulnerable.
Pou dijo que Danilo Medina es el talón de Aquiles de esa ecuación originada en el espectro político.
“No creo que sea posible colocar un candado absoluto a la Constitución de la República”
El politólogo Daniel Pou plantea que se introduzca la revocación de mandato en un nuevo proceso de reforma constitucional, porque hay una serie de transformaciones que deben realizarse.
Advirtió que mientras el Congreso Nacional tenga potestad para reformar la Constitución de la República, el candado absoluto para producir cambios en la ley suprema no puede existir.
Pou dijo que la Constitución no se puede estar festinando y que un debate de reforma para hablar de la reelección debe ser sometido a un proceso donde se exija, por lo menos un referéndum.
“Donde tiene que ser aprobado por la población con los temas en torno a los cuales giraría la reforma constitucional, porque el candado absoluto no puede existir, mientras exista el Congreso Nacional, como órgano de deliberación y la Constitución está dentro de sus ámbitos de competencia, el candado absoluto no va a existir, lo que hay es que ponerlo difícil”, significó.
El experto sostuvo que debe dársele vigor a la Carta Magna y fortalecer muchas de las instituciones del Estado, como el Ministerio Público.
“Hay temas de democracia que hay que empezar cuerpo y para ello se requiere la reforma de la Constitución”, adujo.
Considera que la reforma constitucional es necesaria porque hay una serie de aspectos de la vida institucional del país que se deben adaptar a los nuevos tiempos.
Sin embargo, Pou dijo que no sabe cómo va a ser independiente el Ministerio Público en una reforma constitucional, aunque debe alcanzar mayor fulgor, fortaleza e independencia.
Fue preguntado si es posible concebir un Ministerio Público independiente, como está configurada la Procuraduría General de la República constitucionalmente.
“No creo que sea posible, lo primero es que el Ministerio Público nunca tiene que ser independiente”, puntualizó, tras afirmar que tiene que representar al Estado y a la sociedad.
Plantea que por el hecho de que se ponga la figura de independiente, siempre fungirá como representante de la sociedad en el proceso judicial.
Observa que lo que debe hacerse es brindarle la suficiente autonomía y darle la fortaleza para diseñar e implementar la política criminal del Estado.