La revelación de un informe interno de ética, que señalaba no solo su propensión a la mentira, sino también la apropiación indebida de fondos de su campaña para beneficio personal, marcó un giro crucial en la situación.

Las mentiras tejidas por Santos abarcaron diversos aspectos de su vida, desde afirmaciones sobre sus raíces familiares, como la falsa narrativa de que sus abuelos escaparon del Holocausto, hasta declaraciones engañosas sobre su propia identidad, incluyendo la afirmación de ser judío.

Su historial académico y profesional también fue objeto de distorsiones, al fabricar experiencias laborales en Wall Street y falsificar su participación en la New York University (NYU). Además, su situación legal se complicaba con un proceso judicial pendiente por fraude en Brasil, país del cual se había fugado sin enfrentar las consecuencias legales.