¿Recuerdas la imagen de la llama con la frase “Ola k ase”? Es uno de los memes más famosos de Internet. Se popularizó hace siete años, en 2012. Y aunque hay varias hipótesis sobre su origen, no deja de ser un llamado de atención burlesco acerca de lo que se ve a gran escala en las redes sociales.
Sí, cada vez que abres las redes sociales, te expones a cientos de faltas ortográficas y gramaticales de quienes te representan en el Estado, de profesionales de irrefutable experiencia, de artistas, de estudiantes, de personas que desean explotar su marca personal, de empresas… En fin, son tantas, que hay quienes las andan cazando y se han ganado el apodo de “gramanazis”, porque a pocos les gusta que le corrijan y menos en público.
El problema es que el español evoluciona constantemente. Hay palabras y reglas nuevas, así como tildes desaparecidas. Por tanto, el secreto de escribir bien es leer. Así de sencillo. Mientras más lo hagas, más se nota. ¿Por qué? Pues gracias al hábito de lectura adquieres conocimiento y tu vocabulario se enriquece. De hecho, hay quienes lo han entendido e incluso participan con amigos y familiares en clubs de lectura para hacer la experiencia más interactiva.
En la actualidad, con la gran demanda de creación de contenidos, la escritura ha cobrado un gran valor. Tanto, que muchas marcas y profesionales buscan constantemente a consultores y especialistas como Correctomanía para que les ayuden a mejorar sus textos, pues entienden que un “ola k ase” en una red social puede perjudicar su reputación. Y con toda razón. Hoy, más que nunca, una falta ortográfica puede considerarse una falta de respeto.
Si deseas cuidar tu escritura, para que no hable mal de ti, aquí algunos consejos que de seguro te ayudarán a mejorar tu relación con ella:
- Consulta la RAE y la Fundéu cuando tengas dudas. O mejor, siempre.
- Dale a revisar tus textos a ese amigo o familiar que es conocido por escribir bien. Nadie se corrige a sí mismo.
- Lee acerca de temas que te interesen. De lo contrario, te aburrirás.
- Evita abreviar las palabras, incluso por WhatsApp. Aunque no te veas “cool”, lograrás sacar de tu sistema las malas prácticas y evitarás colocarlas en donde no debes, como por ejemplo: un correo a tu jefe.
- Escribe constantemente. La práctica hace al maestro.
Y, por favor, no confíes ciegamente en Word. Aún su tecnología no es tan buena para corregir incongruencias.
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