El líder de la oposición y ex primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, depositó su voto junto a su esposa en Jerusalén y llamó a los israelíes a votar por un "gobierno que no esté apoyado por terroristas" mientras aspira a recuperar el cargo que ya ocupó durante 15 años.
El líder del Likud se refería a la coalición que logró conformar en junio del año pasado el actual primer ministro, Yair Lapid, para un "Gobierno del cambio" -tras doce años consecutivos de Netanyahu en el poder- que estuvo apoyada por partidos de derecha, centro, izquierda e incluso una formación árabe islamista, Raam.
Aunque no hay lazos directos entre ellos, Netanyahu intentó con esas declaraciones vincular a Raam, un partido islamista moderado nacido en 1996 en el sur de Israel, ideológicamente próximo al movimiento de los Hermanos Musulmanes, con Hamás, movimiento islamista que gobierna de facto la Franja de Gaza, considerado terrorista por Israel, EEUU y la UE, y también entroncando con los Hermanos Musulmanes.
“Estoy un poco preocupado, pero con la ayuda de las personas que nos escuchan, espero que terminemos el día con una victoria. Espero que no renuncies a tus derechos democráticos", afirmó Netanyahu dirigiéndose a los 6,78 votantes sobre sus posibilidades de ganar.
A las 10.00 hora local (8.00 GMT), poco antes de que Netanyahu votara y tres horas después de la apertura de los colegios electorales, la participación se ubicaba en el 15,9 %, por encima del 14,8 % a esa hora en las pasadas elecciones de 2021 y el porcentaje más alto desde 1981.
En total, habían votado 1,76 millones de israelíes de los 6,78 millones llamados a las urnas en los quintos comicios en el país desde 2019.
Las encuestas confirman a Netanyahu como el candidato más votado que lograría entre 30 y 31 escaños para su formación Likud, pero tendrá dificultades para que el bloque religioso, derechista y populista que le apoya logre una mayoría, estancada en los 60 diputados, según los últimos sondeos, en una Knéset (parlamento israelí) de 120.
Su principal rival y actual primer ministro en funciones, el centrista Yair Lapid, que aspira a liderar de nuevo un bloque de partidos anti-Netanyahu capaz de gobernar, votó a primera hora de la mañana y pidió a los israelíes que acudan a las urnas "pensando en el futuro de sus hijos", aunque su bando tampoco tiene fácil lograr una mayoría.
“Estamos cansados de incitación y polarización”, afirmó al votar el actual ministro de Defensa, Benny Gantz, líder de Unidad Nacional, una coalición de centro-derecha inicialmente ubicada en el bando de Lapid, pero que se presenta como la única opción capaz de aunar apoyos tanto del bando pro-Netanyahu como en el anti-Netanyahu en caso de empate técnico.
El líder de Sionismo Religioso -partido de ultraderecha populista, racista y antiárabe que se consolidaría como la tercera fuerza más votada-, Bezalel Smotrich, animó a "toda la derecha a salir a votar" para superar "un año difícil con un gobierno izquierdista y de los Hermanos Musulmanes", dijo al votar en un asentamiento de Cisjordania ocupada en línea con el mensaje de su socio Netanyahu.