El rey emérito de los belgas adeberá pagar una multa de 5.000 euros diarios si no accede a realizar una prueba de ADN como solicita su supuesta hija Delphine Boël, para demostrar o refutar su paternidad, tal y como decidió este jueves la Corte de Apelación de Bruselas.
Para la defensa de Alberto II, la medida no puede ejecutarse mientras haya un recurso pendiente, medida que han solicitado, indicó la agencia Belga.
El pasado 25 de octubre, la Corte de Apelación de la capital había sentenciado que el hasta entonces considerado padre biológico de Böel, no lo era.
El tribunal también encargó a un hospital bruselense proceder en tres meses a realizar una evaluación genética que permitiese establecer o no un vínculo de paternidad entre Böel y Alberto II, quien abdicó en su hijo Felipe en 2013.
Boël presentó su primera demanda de paternidad a Alberto II en el año 2013.
Su existencia salió a la luz en 1999 como consecuencia de la publicación de una biografía no autorizada de la reina Paola, esposa de Alberto II.
Cuando la baronesa de Selys Longchamps rompió el silencio, detalló la relación que mantuvo durante años con el rey, y aseguró que Alberto II y la reina Paola estuvieron en dos ocasiones al borde del divorcio, en 1969 y 1976, y además difundió fotografías de una joven Delphine junto al entonces monarca.
Alberto II reconoció en una entrevista concedida a la cadena de televisión RTL en junio de 2014, apenas unos meses de que estallara el caso, que su matrimonio con Paola pasó por momentos difíciles, pero nunca ha reconocido la paternidad de Delphine Boël.