El deporte del fútbol americano de la Liga Nacional (NFL) vivió la pasada noche uno de los incidentes más violentos y lamentables de su historia después de ver como el ala defensiva de los Browns de Cleveland, Myles Garrett agredía con un casco de protección al mariscal de campo de los Steelers de Pittsburgh, Mason Rudolph.
Garrett derribó a Rudolph justo después de que se deshiciera de un pase. Rudolph sintió que se excedió en el esfuerzo cuando ya no tenía el ovoide en las manos, e inmediatamente fue a buscar el casco del estelar de los Browns, en un intento de arrancarlo de su cabeza.
En ese momento, Garrett fue levantado por el guardia de los Steelers David DeCastro, no sin que antes el liniero ofensivo agarrase, a su vez, el casco del pasador, arrancándolo de la cabeza de Rudolph.
Garrett usó el propio casco de Rudolph para golpear al pasador en la cabeza. DeCastro y los demás linieros ofensivos de Pittsburgh reaccionaron de inmediato, particularmente el centro Maurkice Pouncey, quien se fue a los puñetazos y patadas contra Garrett.
Se vaciaron las bancas y hubo muchos empujones en el terreno de juego de un partido que estaba definido, a segundos de finalizar.
El más crítico y decepcionado de lo sucedido fue el mariscal de campo Baker Mayfield, de los Browns, quien dijo que las acciones de su compañero habían sido una "vergüenza" y algo que no les beneficiaba en el absoluto.
En resumen, una vergüenza. No hay otra forma de describirlo y los propios protagonistas lo reconocieron con distintas valoraciones.
Garrett es un estelar joven de Pro Bowl que está entre los líderes de capturas en la NFL. Rudolph es un pasador, posición que, por su naturaleza, en automático recibe la mayor de las protecciones por parte de la liga.
Este mismo año, la NFL suspendió por el resto de la temporada, y playoffs en su caso, a Vontaze Burfict de los Raiders de Oakland por un golpe casco a casco al ala cerrada Jack Doyle de los Colts de Indianápolis. En esa instancia, el historial de Burfict fue factor para hacerse acreedor de la mayor suspensión jamás impuesta a un jugador por una acción dentro del campo de juego.
Pero además conoce muy bien a Rudolph y la manera como fue tratado en el campo había sido muy "duro" el observarlo sin poder hacer nada.
"No vi por qué empezó, pero es inexcusable. No me importa, rivalidad o no, simplemente no podemos hacer eso. Esa ha sido la historia de lo que sucede aquí últimamente, perjudicándote, y es simplemente poner en peligro al otro equipo. Es inexcusable, lo sabe. Espero que lo sepa ahora. Es duro. Veremos…", comentó Mayfield.
El mariscal de campo de los Browns reconoció que la suspensión a su compañero no se la quitaba nadie y ahora solo faltaba conocer la gravedad de la misma, que podría ser ejemplar y costarle todo lo que resta de temporada.
"No creo que haya nada realmente en este momento que le pueda decir para calmarlo. La realidad es que será suspendido, no sabemos por cuánto tiempo, y eso lastima a nuestro equipo. No podemos hacer eso. No podemos seguir perjudicando a este equipo. Es inexcusable".
Sin embargo, nunca manifestó nada sobre la gravedad de la acción de su compañero que pudo costarle a Rudolph una grave lesión e inclusive haber perdido la vida.
Tampoco se conoce cual será la postura del sindicato que está obligado a cuidar los intereses de todos los jugadores tanto del agresor como del agredido.
Por su parte, el jugador que inició todo el bochorno y la agresión, Garrett, admitió que toda la culpa había sido de su persona.
"Es mi culpa. Perdí la calma y el control, eso es todo lo que tengo que decir en estos momentos", declaró Garrett.
Rudolph, el agredido, que dirigió el ataque de los Steelers, dijo que no tenía mucha confianza en la liga y por eso la acción de Garrett fue "una movida muy cobarde de su parte".
Pouncey, guardia de los Steelers, que fue expulsado dio que "En este punto, ¿a quién le importa si recibe una suspensión? Le pegaron a mi compañero en la cabeza con un casco. Aceptaré la sanción que sea". "En ese punto, es más importante que el fútbol americano. Es protección… Lo pudo haber matado. ¿Qué tal si le pega en la sien?".
DeCastro, guardia de los Steelers, que también ayudó a Rudolph fue categórico cuando dijo que "la NFL necesita mandar un mensaje claro y contundente sobre lo sucedido".
Por su parte, Joe Schobert, liniero de los Browns reconoció que "nunca quieres ver eso a ningún nivel de fútbol americano".
Mientras que el receptor abierto de los Steelers, James Washington recordó que había sido agredido el mariscal de su equipo.
"Ese es mi mariscal de campo. No tiene razón de estar en algo así. Eso es peligroso. No me importa si es en la calle. Te pegan en la cabeza con un casco, vamos y acabas con el que te agredió".
Cam Heyward, ala defensiva de los Steelers, expresó que Rudolp había quedado completamente desprotegido y su compañero de equipo, el esquinero Joe Haden admitió que "nuca había visto algo así, especialmente sin tener el casco puesto… y es tu pasador. Se trata de proteger a los mariscales de campo, y ha sido algo que siempre se ha enfatizado".
El propio entrenador en jefe de los Browns, Freddie Kitchens, dijo sentirse "avergonzado" y calificó lo sucedido como algo "nada bueno".
Por su parte Mike Tomlin, en máximo responsable técnico de los Steelers se limitó a decir que "me quedaré con mis pensamientos. Ustedes vieron lo que sucedió. Sin comentarios".