El presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, acusó hoy a Estados Unidos y a sus "satélites europeos", como llamó a Polonia, la República Checa, Lituania y Ucrania, de intentar destruir Bielorrusia.
"Ahora podemos mirar hacia atrás y estudiar con detalle todas la etapas del guión para destruir nuestro país, que afortunadamente no permitimos ni permitiremos llevar a cabo", dijo el mandatario, citado por la agencia oficial BELTA, en una reunión con representantes de distintos estamentos del país.
Lukashenko indicó que cada uno de esos países ha desempeñado un papel concreto en el plan para desestabilizar a Bielorrusia, que se puso en marcha -dijo- hace diez años.
EEUU, explicó, actuó como centro global de esta estrategia mediante su "red de fundaciones de apoyo a la llamada democracia"; la República Checa, como centro de acopio de recursos; Polonia, primero, como "incubadora de medios informativos" y, luego, como sede de "órganos alternativos en el exilio".
Lituania, agregó, ha actuado como "ariete" contra las relaciones bielorruso-europeas, mientras que Ucrania, como "puesto de avanzada para las provocaciones políticas".
Lukashenko, en el poder desde hace 26 años, afronta la mayor ola de protestas masivas en la historia postsoviética del país.
La manifestaciones estallaron la noche del 9 de agosto pasado nada más fueron anunciados los primeros resultados de las elecciones presidenciales bielorrusas, que dieron como ganador a Lukashenko con el 80,1 % por ciento de los votos.
La oposición denunció fraude y lanzó una campaña de protestas pacíficas, a la que el presidente bielorruso respondió con represión policial y la persecución judicial de sus adversarios políticos.
Los países de la Unión Europa (UE) y otros Estados occidentales no han reconocido la victoria electoral de Lukashenko, al que han exigido repetir los comicios.
"Quiero decirlo alto y claro: la UE está del lado del pueblo de Bielorrusia", afirmó hoy la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, en su primer discurso del estado de la Unión ante el Parlamento Europeo.
Subrayó que las elecciones que sacaron a los bielorrusos a las calles "no fueron libres ni limpias" y que "desde entonces la respuesta brutal del Gobierno (de Bielorrusia) ha sido vergonzosa".
La represión policial se ha saldado con seis muertos, según la oposición, centenares de heridos y cerca de 10.000 detenidos, muchos de ellos sometidos a maltratos y torturas en los centros de detención, según las propias víctimas y ONGs como Human Rights Watch.
"El pueblo de Bielorrusia debe ser libre para eligir por sí mismo su futuro. No es una pieza en el tablero de ajedrez de alguien", subrayó Von der Leyen.
El gran valedor de Lukashenko es el presidente de Rusia, Vladímir Putin, quien no solo le ha brindado su apoyo político, sino también un importante espaldarazo económico con un crédito de 1.500 millones de dólares.