Los precios de las memorias DRAM subieron esta semana por primera vez en 10 meses debido a las restricciones impuestas por Japón a la exportación a Corea del Sur, mayor fabricante mundial, de materiales básicos para la manufactura de estos chips.
El precio medio de un chip DDR4 DRAM de 8 gigabits, considerado el parámetro de referencia, subió a 3 dólares la unidad el miércoles de esta semana, lo que supone un 1,2 % más que el día anterior y la primera subida desde el 14 de septiembre de 2018, según mostró hoy la página especializada DRAMeXchange.
Los precios de los DRAM, chips de memoria que son básicos en ordenadores y servidores, han bajado de manera continuada este año debido al exceso de oferta y al debilitamiento de la demanda, algo que ha potenciado la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
No se preveía una recuperación de los precios hasta entrado el segundo semestre, aunque ahora las restricciones impuestas desde el pasado 4 de julio por Tokio sobre materiales básicos que adquieren compañías surcoreanas para fabricar estas memorias han incrementado las compras por miedo a que se rompa la cadena de suministro.
Dos empresas surcoreanas, Samsung Electronics y SK Hynix, son los dos mayores fabricantes mundiales y en conjunto abarcan el 70 % de la cuota global de mercado para estos productos.
Tokio ha argumentado que ha impuesto estas restricciones debido a que sospecha que algunos de estos materiales -como la poliimida de flúor, por ejemplo- están acabando en manos de Corea del Norte para potenciar su programa de armas químicas.
Sin embargo, la medida parece responder en realidad a los fallos de varios tribunales surcoreanos -incluido el Supremo- ordenando a empresas niponas pagar compensaciones a ciudadanos coreanos (o sus herederos) esclavizados por las mismas durante la II Guerra Mundial.
Japón, que colonizó la península entre 1910 y 1945, sostiene que todas las compensaciones para las víctimas esclavizadas por empresas niponas quedaron solventadas en el tratado de normalización de relaciones de 1965.
Mediante este tratado, Tokio donó al país vecino 300 millones de dólares, dinero que la dictadura militar de Park Chung-hee no hizo llegar a las víctimas, motivo por el cual miles de ellas han demandado a su vez este año al Gobierno surcoreano.