Dos profesionales de la medicina y la psicología, especialistas en sexología, consideraron las fantasías sexuales como pensamientos eróticos que en ocasiones surgen de manera involuntaria, pero que también idealizan encuentros con alguna persona con la cual se desearía descargar deseos sexuales.
El tema fue debatido la noche de este viernes por los médicos sexólogos Martha Arredondo Soriano y Carlos Durán Durán y el psicólogo sexólogo Antonio Ruiz Ortiz en el programa Entre Adultos, que produce por ZTV y la Z101.3 FM el médico psiquiatra Héctor Guerrero Heredia y conduce el psicólogo clínico Eladio Hernández De la Rosa.
Según Carlos Durán Durán, ya se ha acuñado a nivel profesional el término pensamiento sexual como sustituto de fantasía sexual, ya que son ideas del ser humana que en este caso están relacionadas con el sexo.
Explicó que los pensamientos o fantasías sexuales pueden ser voluntarios e involuntarios.
Son involuntarios, expuso, cuando surgen de manera expontánea e inesperado, despertados en ocasiones por un hecho fortuito, una imagen mental o la observación de un hombre o mujer, o una parte de estos que activa los impulsos nerviosos del cerebro y provoca una erección en el caso del hombre y palpitaciones o deseos de sexo en la mujer.
Consideró importante la fantasía sexual para la relación de pareja porque motiva los deseos sexuales por la activación de las funciones nerviosas.
Respecto a la fantasía sexual voluntaria, dijo que se da cuando el pensamiento se centra en un acto, en alguien o un interés en el descargo de esos impulsos cerebrales, que en el hombre concluyen con el orgasmo o la expulsión de espermatozoides, y en la mujer con las palpitaciones vaginales y la expulsión de fluidos.
Fantasías complejas
Carlos resaltó que hay fantasías sexuales complejas y citó entre éstas aquellos pensamientos basados en querer tener sexo a la libre en un lugar público, en un parque o cualquier zona; con una persona del mismo sexo, en trío y algunas prácticas de aberración.
Sin embargo, estima dañiñas aquellas fantasías que no se tienen con el interés de satisfacer un deseo biológico, propio del ser humano, sino como pensamiento aberrante y patológico que hace daño a otras personas, cuando se quiere poner en práctica con actos violentos y de sadismo.
Las fantasías, fantasías son…
En su exposición, la doctora Martha Arredondo Soriano afirma que la fantasía sexual son imaginaciones propias del ser humano como parte de sus funciones biológicas.
Igual que Carlos, estima que contrario a muchas creencias, especialmente en las religiones, de que las fantasías sexuales son un pecado, éstas son importantes en las parejas aún una de las partes pueda llegarle el pensamiento de que desearía estar con el ser al que desearía.
Se basó en que en ese preciso momento con quien está en disfrute del sexo es con su pareja, por lo tanto, ésta sería la beneficiada por la descarga de emociones de la otra parte, por lo cual descarta que ese tipo de pensamiento pueda considerarse una infidelidad.
Argumentó que las fantasías solo son eso, fantasías, y todo queda en el pensamiento, ya que son difíciles y muchas veces imposibles de realizar.
No obstante, estableció la diferencia cuando esta es voluntaria y se cumple cuando se está en pareja al ponerse en práctica.
Refirió que a veces las fantasías llegan de manera involuntaria, cuando se nota algún atractivo de una persona que motiva a la masturbación en función de lo observado y que provocó la motivación.
Citando a Sigmund Freud, refirió que “las fantasías no son para ser realizadas”.
Refirió que en la realidad, las personas quedan decepcionadas de sus fantasías sexuales, porque cuando las realizan, descubren que no eran como se las imaginaron.
Manifestación del sexo
En su intervención, el psicólogo y terapeuta sexual Antonio Ruiz Ortiz sostuvo que el sexo busca la manera de manifestarse y la sexualidad en el individuo es muchas veces involuntaria y surge en cualquier momento, de forma erótica.
Manifestó que las fantasías sexuales sirven como preámbulo en la relación sexual, es decir, contribuye a darle más gusto al sexo.
Aclaró que el hecho de tener pensamientos sexuales en el momento que se está con su pareja no implica que se logre la satisfacción, como en ocasiones pueden convertirse en bloqueadores de la eyaculación y del éxtasis en ambos.
Precisó que pensar en otra persona mientras se está en contacto con la pareja puede disminuir el deseo y la respuesta sexual, lo cual considera inapropiado.
Expresó, en coincidencia con Martha y Carlos, que las fantasías sexuales tienen a cumplirse con la masturbación, porque las imaginaciones activan el sistema nervioso y los genitales hasta el descargo de los deseos, lo cual puede ocurrir tanto en el hombre como en la mujer.
Explicó que las fantasías no son malas porque una persona sienta culpa de que se vea en su imaginación teniendo sexo con personas diferentes, sino que puede ser conflictivo cuando la persona quiera hacer realidad sus fantasías con alguien que no sea su pareja.
Los tres profesionales coincidieron en que las fantasías o pensamientos sexuales no son malos en sí y las consideran como un estímulo para la motivación y la satisfacción biológica del individuo solo o en pareja.