El avance y evolución de las sociedades en las últimas décadas han tocado cada uno de los sectores que la integran, y dentro de estos sectores esta el sector judicial, en el que cada día las instituciones jurídicas que se encargan de la administración de esta son objeto de cambios con miras a lograr el contenido esencial del valor justicia, para la cual han sido creadas.
A partir de esta idea, es que cada día son más utilizados los conceptos de justicia restaurativa, solución alterna de conflicto, mecanismos de homocomposición, entre otros.
Es en esa misma línea, es que se ha desarrollado el pensamiento de que los conflictos que surgen entre las personas que componen una sociedad no siempre deben ser judicializados para lograr su solución, toda vez que la judicialización puede incurrir en que se agrave aún más el conflicto inicial. Es por ello que el mecanismo de la mediación, la cual siempre ha formado parte de la historia de la humanidad, nos ayuda para solucionar las divergencias, resurgiendo con una mayor utilidad en las sociedades contemporáneas.
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Su resurgimiento tiene lugar en una reflexión global por parte de los Estados, consistente en el hecho de que el aumento de los litigios por parte de los individuos, muchas veces tenía de trasfondo un origen que no se correspondía a aspectos puramente jurídicos.
En ocasiones, las personas utilizan el proceso judicial ordinario como forma de retrasar quizás la solución del problema o simplemente, en el entendimiento de que quizás era la única vía disponible para hacer que la contraparte escuchara a la parte accionante.
Este tipo de actuación provoca un congestionamiento de casos en los tribunales, que incidió en la proliferación de los medios alternos como forma de dar respuesta a la problemática.
En sentido general, la proliferación de estos métodos alternos de resolución de conflictos, dentro de los cuales, la mediación y conciliación forman parte, permiten las siguientes ventajas:
1) La recomposición de las relaciones interpersonales.
2) Fomento a la participación social activa en la solución de sus propios conflictos.
3) Fortalecimiento de la educación para el diálogo y la paz en el ámbito comunitario.
4) Incremento del acceso a la justicia mediante la alternativa de acuerdos imparciales.
Siendo así, la mediación aparte de ser un proceso informal, pero con estructura, tiene etapas y características que le son propias para una solución del conflicto concreta, ágil y a bajo costo, donde los participantes son los verdaderos protagonistas.
Es necesario recordar que la mediación tiene el acento en el futuro, sostenido por la esperanza realista de encontrar una solución al conflicto. El desafío que ofrece la mediación es la posibilidad de generar un cambio para quienes la trasmiten.
¡Hasta una próxima!
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