La farmacéutica china Changsheng Biotech, acusada de adulterar vacunas y falsificar los registros de producción de estos productos, llevaba haciéndolo al menos desde abril de 2014, confirmó hoy la investigación de las autoridades del país.
El equipo de investigación del Consejo de Estado (Ejecutivo) confirmó que Changsheng utilizó materiales caducados en la elaboración de vacunas liofilizadas contra la rabia de uso humano y que no registró correctamente las fechas o los números de serie de los productos al menos desde 2014, publicó hoy Xinhua.
A raíz del escándalo, las autoridades intensificaron los esfuerzos para investigar las vacunas defectuosas y prometieron graves consecuencias para los culpables, que serán condenados por delitos penales.
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A finales de julio, las autoridades descubrieron que la firma había falsificado datos de la producción y distribución de una vacuna contra la rabia inoculada en humanos, por lo que ordenaron detener su fabricación e iniciaron una investigación para saber desde qué fecha se había producido este incidente.
Para ello, detuvieron a la presidenta de la compañía, Gao Junfang, junto a otros catorce directivos, y establecieron controles a los fabricantes de vacunas de todo el país, en un intento de contener la indignación pública por el escándalo.
El propio presidente chino, Xi Jinping, calificó las ilegalidades de Changsheng Biotech de "espantosas y terribles", y tanto él como el primer ministro Li Keqiang ordenaron públicamente una profunda investigación del caso.
En octubre del año pasado, la firma ya fue multada con 500 mil dólares por la pobre efectividad de otras 250 mil vacunas contra la difteria, la tosferina y el tétanos, lo que obligó a las autoridades a llevar a cabo una masiva retirada de estos productos y reinocular la vacuna a más de 200 mil niños.