Por Rafael Salido
A pesar de las recientes acusaciones por parte de EE. UU., la coalición internacional que combate el yihadismo en Siria e Irak rechazó este martes que Irán suponga una creciente amenaza para sus tropas, tal y como ha esgrimido Washington para justificar el aumento de su presencia militar en la zona.
"No, no se ha producido un aumento en las amenazas de fuerzas respaldadas por Irán en Irak o en Siria", sostuvo este martes un portavoz de la alianza, el mayor Christopher Ghika, quien ofreció una rueda de prensa desde Bagdad que pudo seguirse desde el Pentágono.
Ante la insistencia de los periodistas, Ghika reiteró hasta en tres ocasiones que la coalición no ha detectado un incremento en el "nivel de amenaza" que representan las fuerzas afines a Irán presentes en la región.
No obstante, el militar británico consideró que esta afirmación no coloca a la coalición "a paso cambiado con la Casa Blanca" puesto que, subrayó, la influencia iraní está detrás de algunos grupos que podrían suponer una amenaza para la seguridad de las tropas estadounidenses y de la alianza.
"Existe un abanico de amenazas para las fuerzas estadounidenses y de la coalición en Irak y Siria, e Irán forma parte del mismo", declaró el militar, quien no obstante reconoció que este es un escenario que no ha cambiado en los últimos tiempos.
Ghika detalló que la alianza está "vigilando de cerca" a distintos grupos paramilitares chiíes y defendió que los países que conforman la coalición deben "ajustar" las medidas de seguridad en función de las necesidades.
En cualquier caso, el portavoz recordó que el propósito de la coalición internacional es combatir a los yihadistas del grupo terrorista Estado Islámico (EI) y reiteró que "Irán no forma parte de esa misión".
Las declaraciones de Ghika contrastan con el discurso mantenido en los últimos días por el Gobierno del presidente de EE.UU., Donald Trump, que ha acusado a Irán de representar una "creciente amenaza".
Con base en estas acusaciones, EE.UU. ha ordenado aumentar de manera notable su presencia castrense en la región.
La semana pasada, el Gobierno estadounidense ordenó el despliegue del portaaviones USS Abraham Lincoln y de su grupo de combate en aguas del golfo Pérsico, y envió a la base estadounidense de Al Udeid, en Catar, una flota de bombarderos B-52, con capacidad de emplear armas nucleares.
En un principio, esta maniobra se interpretó como una respuesta a la amenaza de Irán de cerrar el estrecho de Ormuz, como represalia por las sanciones impuestas por EE.UU. a sus exportaciones de crudo.
Sin embargo, el Pentágono fue más allá y el pasado 6 de mayo justificó este despliegue argumentando que existen "indicios" de que Irán se prepara para "llevar a cabo operaciones ofensivas contra fuerzas e intereses estadounidenses en la región".
EE.UU. encabeza la coalición internacional, formada por 74 países y 5 organizaciones internacionales que, al amparo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, tiene por objetivo acabar con el yihadismo en Siria e Irak en el marco de la operación "Inherent Resolve".
Además de este despliegue, el diario The New York Times informó este lunes de que la Casa Blanca estaría estudiando la posibilidad de enviar a 120.000 militares a Oriente Medio para hacer frente a la supuesta amenaza iraní.
Sin embargo, Trump rechazó este martes la veracidad de dicha información, que calificó de "noticias falsas", aunque dijo estar dispuesto a mandar un número muchísimo mayor de soldados.
"¿Lo haría? Absolutamente, pero no hemos hecho planes y espero que no tengamos que hacerlos. Pero si los hiciéramos, mandaríamos a muchísimas más tropas que esas", destacó Trump a los periodistas congregados en la residencia presidencial.
Uno de los principales problemas a los que se enfrenta EE.UU. en esta escalada de tensión es la evidente falta de respaldo internacional.
La Unión Europea (UE) se distanció del Gobierno estadounidense después de que Trump decidiera retirarse del acuerdo nuclear firmado con Irán en 2015 y del que también forman parte Rusia, China, Alemania, el Reino Unido, Francia y la UE.
Además, un tradicional aliado de EE.UU. como España ha ordenado la "retirada temporal" de la fragata Méndez Núñez que formaba parte del grupo de combate encabezado por el portaaviones USS Abraham Lincoln.
Según explicaron a Efe fuentes del Gobierno español: "La fragata está en una misión de circunnavegación y no va a entrar en ningún otro tipo de misión".