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La ambición desmedida: ¿cuáles son las consecuencias?

martes 4 febrero , 2020

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Hombre con ambiciones. Foto Pixabay.

El médico y psiquiatra Luis Ortega y la especialista en adicciones Desiree Jiménez Coli consideraron la ambición desmedida como una conducta obsesiva de las personas que tratan de obtener metas y objetivos sin importar las consecuencias.

Aclararon que la ambición puede ser positiva o negativa, dependiendo los recursos se utilicen para alcanzar los objetivos trazados en el micro, mediano y largo plazo.

Desiree definió la ambición como el deseo del individuo de obtener metas concretas de una manera organizada, planificada y señaló que crecer personalmente, a nivel profesional o empresarial sin causar daños a los demás son manifestaciones de ambición positiva.

En cambio, precisó que cuando la ambición se desborda y es desmedida resulta perjudicial, porque el individuo es capaz de hacer lo que sea hasta llegar o conseguir sus metas.

El doctor Ortega y Desiree coinicidieron en que los políticos son ambiciosos obsesivos, porque además de lograr un cargo en el nivel bajo de los poderes del Estado, persiste en subir peldaños y ascenso de poder, en busca del disfrute, mediante la imposición y el arrebato social.

Ambos trataron el tema «Consecuencias del comportamiento ambicioso desmedido» en el programa Entre Adultos, que produce el doctor Héctor Guerrero Heredia y conduce el psicólogo clínico Eladio Hernández De la Rosa por ZTV en YouTube y la Z101.3 FM.

Desiree refirió que la ambición se crea en el ámbito político en la antigua Grecia, porque los políticos hacían lo que fuere para obtener el voto de los electores y así ocupar un cargo en el Estado o en cualquier instancia de poder. 

Sostuvo que los ambiciosos desmedidos son quienes no están satisfechos con sus logros y sus pasos no cesan para continuar hacia nuevas metas.

Citó el caso de los políticos, que logran un cargo y siempre quieren otros más altos, a costa, incluso sin importar de lo ético y la moral, lo cual los lleva a transgredir normas y a apartarse de  sus ejes fundamentales en el accionar social.

Para el doctor Luis Otegra, la ambición es muy particular: personal y colectiva y es todo cuanto queremos obtener sin llegar a la obsesión, que en esed caso se convertiria en una obsesión patológica, que es dañino. 

«La obsesión es cuando dejamos todo aparte y nos centramos en una sola ambición o ambiciones, como puede suceder en el amor, en el ambiente social y la política».

Expuso que mientras menos autoestima tenga la persona ambiciosa, menos placer tendrá y desamor por lo obtenido o logrado. 

Resaltó que la ambición desmedida se convierte en patológica, porque el individuo llega a transgredir las reglas, normas y leyes para conseguir lo que quiere.

Subrayó que el ambicioso quisiera lograr lo máximo y cuando no lo logra, busca más y más por otra vía, y si logra sus objetivos-metas y no los disfruta, se convierte en una enfermedad, en una patología que requeriría de un trato especializado.

Explicó que la ambición puede ser aprendida o genética, y esta última se produce cuando se transmiste de padre a hijo, pero precisó que ésta puede ser positiva, cuando se quiere crecer de manera sana, como seguir el ejemplo paterno o materno y llgar a ser profesional yobtener logros sin dañar a nadie.

Pero también es genética la ambición desmedida, porque así como el padre llegó a ascender socialmente y a nivel político sin importarle las consecuenicas, sería un modelo a seguir por sus descendientes.

Ambición desmedia y corrupción

De acuerdo a Desiree Jiménez Coli y el doctor Luis Ortega, especialista en niños, la corrupción y la ambición desmedida van de la mano, porque por ambición se quebranta la ética y es un paso para ser corrupto.

Manifestaron que la ambición comienza en la infancia y es aprendida y se da por igual en personas de diferentes clases sociales.

Genéticamente, un padre puede transferir sus actitudes ambiciosas a sus hijos, que ampliado con el medio ambiente, querrán seguir su modelo

No obstante, Desiree expresó que muchas personas,  más que metas, lo que tienen son ilusiones de lo que quieren, pero saben que no están preparados para lograr lo que piensan. 

«Toda persona corrupta tiene una ambición desmedida», enfatizó el doctor Ortega, y agregó que el ambicioso no tiene tolerancia al fracaso ni a la frustración, por lo cual cae en sufrir trastornos de ansiedad y depresión.

«El problema es cuando se quiere sobrepasar las metas de manera excesiva y obsesiva», concluyó Desiree, como querer el puesto de otro en el trabajo o el cargo de un compañero de partido o llegar a la cúspide, sin importar cómo lograrlo.

Reflexiones

En sus reflexiones sobre el tema, el doctor Ortega y Desiree concluyeron en que la ambición positiva no es mala, sino cuando que es un problema cuando es desmedida y se transgreden leyes y normas para conseguir los objetivos.

Exhortaron a que las personas se fijen metas alcanzables de  manera sana, para evitar las frustraciones y no caer en depresiones.

Rafael Tomás Jaime

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