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Interrupción de servicios de salud mental puede costar muy caro tras pandemia

lunes 5 octubre , 2020

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Personal médico contra el covid | Foto:EFE/ Alejandro García

La interrupción de los servicios de salud mental en el 93 % de países del mundo puede costarles muy caro porque la pandemia ha multiplicado las necesidades en este campo y los desordenes mentales tienen un impacto muy negativo en la productividad de las economías.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) difundió hoy el resultado de una evaluación en 130 países sobre los efectos del COVID-19 en el acceso a los servicios de salud mental y que confirma que las consecuencias han sido graves.

Según la evaluación, los encierros obligados (en algunos países por varios meses) y el consecuente aislamiento, el miedo que el coronavirus ha generado en la población, en particular entre los grupos de mayor riesgo, la muerte de un ser querido y la pérdida de ingresos son situaciones que han agravado la carga emocional de la pandemia.

La OMS recuerdó que desde hace mucho la salud mental es el ámbito que menos recursos ha recibido de los presupuestos destinados a la sanidad, con una media por debajo del dos por ciento, a pesar de que las necesidades no hacen más que aumentar.

Antes del COVID-19, la pérdida de productividad debido a la depresión y ansiedad entre los trabajadores se estimaba ya en un billón de dólares anuales.

La evaluación de la OMS revela que en el 60 % de países se interrumpió la atención en el área de salud mental para la gente más vulnerable, incluyendo niños, adolescentes, personas mayores y mujeres embarazadas o en periodo posparto.

Se explicó que en un mayor porcentaje (67 %) hubo una parálisis en los servicios de terapia y psicoterapia, y en el 65 % dejaron de funcionar los programas para el tratamiento de la dependencia de los opiáceos.

Mientras que en un tercio de casos los países detuvieron las intervenciones de emergencia, incluidas las destinadas a personas con convulsiones prolongadas, delirios o con síndromes de abstinencia.

Para paliar esta situación, según la nota, muchos países optaron por la telemedicina y la teleterapia también en los servicios de salud mental, pero esta medida ha sido más amplia en los países desarrollados (ocho de cada 10), mientras que apenas la mitad de países de bajos ingresos ha conseguido hacerlo.

La OMS indicó que esta área de la salud es crítica y que las personas que ya sufrían enfermedades mentales, neurológicas o dependencia antes de la pandemia son más susceptibles a infectarse con el coronavirus.

En la actual crisis, prácticamente todos los países han manifestado a la OMS su voluntad de dar apoyo a esa área de la sanidad, pero en realidad menos del 17 % le ha destinado fondos adicionales.

Agencia EFE

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