El senado de Nueva York recibió esta semana una propuesta para estudiar la posibilidad de dividir el estado en dos, separando la progresista Gran Manzana y sus alrededores de las zonas más conservadoras del norte y el oeste.
La solicitud, hecha por la senadora republicana Daphne Jordan, plantea crear un grupo de trabajo para examinar la cuestión, alegando que las diferencias políticas y sociales entre esas dos partes del estado no dejan de crecer.
"Muchos, tanto en el norte como en el sur del estado, han cuestionado si estas regiones estarían mejor separadas", señala el escrito presentado, que propone estudiar las consecuencias económicas y legales de esa escisión, los costes y las cuestiones constitucionales que habría que superar para llevarla a cabo.
La idea, ya considerada en alguna ocasión en el pasado y que nunca ha pasado de propuesta, separaría a la ciudad de Nueva York y varios condados que la rodean -incluida toda Long Island- del resto del estado, que se extiende hacia el norte y el oeste hasta la frontera canadiense.
Nueva York es uno de los grandes bastiones demócratas de Estados Unidos, sobre todo por el peso de la Gran Manzana, la mayor ciudad del país con más de 8,5 millones de habitantes, y que combinada con sus suburbios representa la mayor parte de la población del estado pese a ocupar solo una pequeña parte del territorio.
Desde las últimas elecciones, el Partido Demócrata tiene el control del legislativo estatal, tras arrebatar el Senado a los republicanos, y está aprovechando para impulsar numerosas leyes de marcado corte progresista.
Mientras, miembros del Partido Republicano se oponen a esas medidas y consideran que esta nueva situación puede hacer que se olviden las necesidades de las áreas más conservadoras.
La propuesta de Jordan ha sido calificada como poco seria por el gobernador estatal, Andrew Cuomo.