La condición de ser un empleado, público o privado, en la formalidad, ofrece una serie de beneficios que muchas veces los trabajadores ignoran, no tanto porque se desinteresan en buscar información al respecto, sino, además, porque los propios empleadores también desconocen o no saben cómo aprovechar esas facilidades establecidas mediante las normativas vigentes.
Cuando un empleador tiene a su empleado debidamente registrado en la seguridad social, se evita de incurrir en costos adicionales para la cobertura de derechos adquiridos por sus empleados. Tal es el caso de la licencia por maternidad, que si bien implica darle alrededor de 120 días libres a la madre trabajadora, el costo de su salario es cubierto por el propio sistema de seguridad social.
Pero además, el empleador que está al día en la seguridad social puede mandar a su empleado enfermo y en una prolongada licencia médica en su casa y el salario que debe recibir también lo cubre el sistema, a través de las entidades creadas por la Ley 87-01 para tales fines.
Sin embargo, en muchos casos, las empresas, especialmente las más pequeñas, no tienen conocimiento de esos beneficios o no cuentan con áreas de Gestión Humana que se encarguen de las tramitaciones correspondientes para tales fines, por lo que terminan asumiendo esos costos en su nómina laboral.
Pero ocurre lo mismo con los propios empleados, quienes en ocasiones ignoran la existencia de órganos estatales como el Instituto Dominicano de Prevención y Protección de Riesgos Laborales (Idoppril), donde se les ofrece una serie de atenciones económicas y médicas en los casos de accidentes laborales, enfermedades profesionales y hasta por su fallecimiento.
Cuando un trabajador formal, que está al día en la seguridad social, sufre un accidente laboral, puede asistir a la red de instituciones médicas afiliadas al Idoppril y recibir cobertura total de sus atenciones, independientemente de la cobertura del seguro familiar de salud (SFS) que le cubre para otros casos, pero de forma limitada.
Además, en caso de fallecimiento del trabajador, a través del Idoppril, su familia directa tiene derecho a una pensión por sobrevivencia, también independiente de su ahorro de capitalización individual para pensión, por lo que ese segundo fondo, se les entrega completo a los herederos directos, en forma adicional.
Los trabajadores con enfermedades o padecimientos laborales prolongados reciben una licencia médica que puede extenderse hasta por un año, y tienen, a través de la seguridad social, su pago salarial asegurado, sin que eso implique carga económica para el empleador, quien puede buscar un sustituto temporal sin aumentar su gasto de nómina.
Si se demuestre una incapacidad total o parcial permanente para el empleado, entonces tiene derecho a una pensión por discapacidad, que también corre por cuenta del sistema de seguridad social, sin costo adicional para el empleador y con las garantías correspondientes para el empleado.
El problema es que los empleados tienen poco o nada de conocimiento sobre sus derechos adquiridos como empleados formales, siempre que su empleador esté al día en el pago de la seguridad social.
Existe la Dirección de Información y Defensa del Afiliado (DIDA), con el deber de ofrecer toda clase de orientaciones a los trabajadores al respecto, pero se trata de una institución prácticamente infuncional, con la dificultad mayor de que, en ocasiones, sus empleados no tienen un dominio pleno de los deberes y derechos de empleadores y empleados, lo cual limita la posibilidad de que les orienten de manera efectiva.
Algo parecido ocurre en los propios departamentos de Gestión Humana de empresas que cuentan con esas áreas, donde el personal instalado, en ocasiones, carece de los conocimientos plenos para aprovechar los beneficios que ofrece el sistema, tanto para empleados como para empleadores.
La DIDA, que recibe un presupuesto que sale, precisamente, de una parte de los aportes que hacen empleados y empleadores a la seguridad social, es la institución llamada a estar en contacto permanente con ese sector, a los fines de orientarles de manera adecuada sobre los múltiples beneficios que ofrece el sistema en el país y que no se conocen por completo, además de que sobre los pocos que sí se conocen, a veces hay limitaciones sobre los procedimientos a seguir para aprovecharlos.
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