¿Hay diferencia entre un cleptómano y un ladrón? La duda es despejada por dos profesionales de la psicología clínica que este jueves analizaron el tema de manera amplia en el programa Entre Adultos de la Z101.3 FM, producido por el doctor Héctor Guerrero Heredia y conducido por Eladio Hernández.
Los participantes fueron los psicólogos clínicos Gamalier Del Rosario y Geury Rosario, quienes coincidieron en que el cleptómano y el ladrón roban conscientes de las consecuencias que les acarrearía robar algún objeto, pero se diferencian en la necesidad y el interés.
Sin embargo, concluyeron en que el cleptómano, hombre o mujer, roba por deseo y compulsión, no por necesidad, mientras el ladrón lo hace por una necesidad económica, por un interés de disfrutar el objeto o venderlo para comprar otro, alimentarse, vestirse o calzarse.
Mientras el cleptómano no tiene necesidad de tomar un objeto ajeno, porque no necesita venderlo para suplir alguna precariedad, el ladrón roba premeditado y consciente, incluso a sabiendas de los riesgos y consecuencias de hasta afectar una vida o la suya propia.
Gamalier citó los casos de varios artistas y millonarios que han sido detectados robando joyas, que pese a su gran valor, las toman solo por compulsión, por la falta de neurotransmisores, especialmente de la serotonina, que los impulsan a esa acción repentina.
Explicaron que el cleptómano se convierte en colector de objetos, en un almacén, que siente satisfacción en tenerlos, pero sin necesitarlos.
En tanto, afirmaron que el ladrón actúa impulsado por las necesidades o por trastornos acumulados por problemas afectivos de familia, la falta de controles materno o paterno o por la acumulación de una serie de factores de tipo social, como el ambiente en que se desarrolla, o por un trastorno psicológico.
En ambos casos, del cleptómano, que roba de manera compulsiva, o del ladrón que lo hace de manera consciente, meditada y por un trastorno psicológico de disfrute del delito, pese a los riesgos, Gamalier del Rosario y Geury Rosario consideraron que requieren de un tratamiento de especialistas de la conducta humana.
Recomendaciones
Con relación al cleptómano, Geury recomendó a las personas que lo rodean a que tengan cuidado, que no le juzguen, sino que traten de ayudarlo, de tratarlo para no agravar su estado psicológico.
Gamalier planteó someter esa persona a terapia cognitiva conductual y que la familia contribuya a tratarla para corregir el trastorno.
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