Al analizar el caso del empleado de seguridad de Bonao que mató ayer a tres compañeros sin aparente razón, el psiquiatra Héctor Guerrero Heredia cuestionó este lunes a cuáles personas se están armando en República Dominicana.
“Ahí hay una situación que es, óyeme ¿a quién estamos armando en República Dominicana?, o sea ¿quién es el individuo que trabaja con un arma en un país, el que menos nivel cultural y menos nivel económico tiene?, porque los trabajos de wachiman son los trabajos peores pagados y fuertes, pero esa son las gentes que tienen armas”, explicó al tiempo de indicar que el caso de dicho seguridad no es común en el país.
Durante su intervención en La Receta Médica, Guerrero Heredia insistió en cuestionar por qué estos empleados tienen armas, porque a su juicio lo más que puede hacer en caso de una emergencia es presionar un botón de pánico o activar una alarma y así evitar que a algunos wachiman lo atraquen para quitarle el arma de fuego que porta.
“Porque si el wachiman tradicional que es un pobre viejo que tiene 28 horas trabajando de corrido, que no puede ni con la escopetica mala esa que tiene, pero que esa escopetica, va un ladroncito, le da un tiro lo mata por la escopeta, pero si el wachiman lo único que tiene que tuviera es una alarma, no lo mataran”, argumentó.
En ese sentido, el doctor precisó que si es un guardia de un camión blindado que lleva dinero es otra cosa, y que no se ha visto que cuando van asaltar a un lugar, el seguridad con la escopeta no hace nada, sino que lo que siempre pasa es que lo matan.
En el día de hoy la policía Nacional informó que fue arrestado el empleado de seguridad José Pascual Alejo, de 27 años, quien confesó haber amantado a tiros a sus compañero de trabajo el pasado domingo en Bonao, sin aparente razón.
En un video que circula en las redes sociales, Pascua al ser interrogados por miembros de la PN de Bonao, sostuvo que no tenía ningún conflicto con sus compañeros que provocara que cometiera el hecho y que no entendía porque los había matado.
Según las informaciones que se tiene hasta el momento, el asesino confeso dijo que había perdido mucho dinero y que tenía dolor en una muela por lo que había expresado que no quería trabajar, pero el encargado le insistió en que fuera y tras llegar al lugar le quitó la vida a sus compañeros, Manuel Arismendy García Jiménez, de 58 años de edad; Fredy Antonio Aquino, de 63 años; y José Alberto Martínez, 42 años.