Por María Muñoz
Beyoncé, Jennifer López, Britney Spears o Gwen Stefani son algunas de las artistas internacionales que apuestan por los diseños de la dominicana Giannina Azar, que este martes desfiló en Madrid con su colección "Isola di Capri", basada en la idea de que "el éxito de una marca reside en que sea reconocible".
Azar se ha ganado en la moda el apodo de la diseñadora "Too much" ("Demasiado"), nombre de la colección de noventa prendas con la que irrumpió en Hollywood en 2018.
Entonces conquistó con sus espectaculares trajes de pedrería a las artistas del cine: "Les atraen los ornamentos y la pedrería de calidad, mis trajes son como tatuajes", explicó.
En el Hotel Westin Palace de Madrid, la diseñadora dominicano-libanesa se presentó con una colección de treinta y un estilismos, confeccionados con materiales como manteles comprados en Italia, que reflejan imágenes clásicas de la cultura italiana y mediterránea.
Estampados de limones, tomates o espaguetis tomaron la pasarela acompañados de túnicas artesanales, zapatos y accesorios coloridos bordados en pedrería, un sello propio de esta firma, que presentará piezas de la misma colección en un desfile en Los Ángeles (EEUU).
La diseñadora creció visitando las casas de sus familiares libaneses, cautivada por las complejas ornamentaciones barrocas y, al mismo tiempo, por los estallidos de color de la República Dominicana. Con referentes como Valentino y McQueen, este ambiente forjó la identidad de sus modelos desde la adolescencia.
"Con quince años hacía vestidos para las fiestas de mis amigas", dijo la creadora, que tras regentar durante más de una década una escuela de confección, se decidió a alcanzar una de sus metas: vestir artistas sobre el escenario. Su sueño llegó de la mano de la actriz y cantante mexicana Thalía, la primera artista que decidió lucir sus diseños.
Azar es la única latina que exhibe sus diseños desde hace seis años en el prestigioso salón Style PR de Los Ángeles. Allí peregrinan estilistas de artistas consagrados para encontrar prendas con las que vestirles, y donde conoció al estilista de Madonna, Britney Spears o Beyoncé, una de las últimas en lucir sus diseños.
La artista presentaba este verano el álbum "Renaissance" ataviada con un vestido semitransparente de pedrería plateada de Azar.
"Beyoncé es muy exigente, normalmente tienes contacto con los estilistas y no con los artistas, pero se involucró durante todo el proceso", explicó sobre la pieza, inspirada en el club Studio 54 de Nueva York.
ORIGINALIDAD Y BORDADO EN PREDERÍA
"Mis vestidos son exagerados, pero no son vulgares, se ven finos”, justificó al ser preguntada por el elemento diferenciador de sus prendas, en las que “los ornamentos tienen relevancia sobre los diseños"; y utiliza siempre piedras monocromáticas “especiales para reflejar la luz en el escenario”.
Con un equipo de veinte bordadores, la modista trabaja directamente sobre mallas de color carne, en las que dibuja a mano los adornos que posteriormente se bordan con pedrería o pan de oro. "Creo que el éxito de mi firma es ese: los vestidos son como un 'picasso', se hacen a mano y no hay dos iguales".
Esta originalidad es la que hace que algunos artistas repitan, como es el caso de Jennifer López, que tras lucir una de sus creaciones en el videoclip del tema "El Anillo", contactó con Azar de nuevo: "Me pidió un vestido corto de pedrería azul para sus conciertos y después dijo en una rueda de prensa que era el vestido favorito de su carrera".
CALIDAD Y VARIEDAD
El trabajo de cada pieza lo realiza a ritmos a veces inclementes. "Los artistas suelen tener poco tiempo; en el caso de Beyoncé, tuvimos diez días", explicó sobre el tiempo de confección.
Al final, el resultado es prendas que pueden llegar a los diez mil dólares debido a la calidad del cristal empleado.
Es consciente de que el éxito "va acompañado de la diversidad", y por eso, además de la línea para artistas, tiene también de novias, 'prêt-à-porter', infantil y de baño. "Es importante crear mucho y reinventarse, que el público vea que puedes hacer cosas diferentes sin perder tu sello", argumentó.
Con puntos de venta en Miami (EEUU), Santo Domingo, Puerto Rico o próximamente la isla mediterránea de Ibiza (España), tiene claro que “los sueños se logran con tenacidad y mucha humildad”, y continua con su sueño de vestir a las artistas más icónicas, como Cher: "Es un icono como artista y también de la moda", sintetizó.