El papel de los denominados “gánsteres económicos” ha tenido mucho que ver con la gansterización del dominio del capital altamente concentrado y de lo que yo insisto en llamar lumpen-capitalismo y lumpen-imperialismo,
Los Álvarez Renta, Rondón y Rendón…, no salen del aire; sino de los procesos de putrefacción del capitalismo en su fase de decadencia, cuando usura, lavado, especulación, sobornos, sobrevaluaciones, extorciones, trampas, estafas y fechorías de todo tipo desbordan la propia legalidad del sistema hasta constituirse en una asociación delictiva estatal-privada que desborda sus propias leyes.
“Los gánsteres económicos –escribe John Perskins, autor del libro Confesiones de un gánster económico– son profesionales generosamente pagados que estafan miles de millones de dólares a países de todo el mundo. Entre sus instrumentos figuran los dictámenes financieros fraudulentos, las elecciones amañadas, los sobornos, las extorciones, las trampas sexuales y el asesinato.”
Perskins relata sus propias prácticas relacionadas con endeudamientos y contratos leoninos en materia de mega-proyectos de infraestructuras, concesiones petroleras y proyectos mineros ejecutados en los años 70 y 80 en escenarios tan diversos como Indonesia, Panamá y Ecuador; precisamente cuando esa modalidad comenzaba a tomar cuerpo oficial, en su caso en misiones asignadas por la Agencia de Seguridad Nacional de EE. UU.
- Lee también: Delincuencia global
Pero la verdad es que las intermediaciones delictivas empleadas por los grandes capitales y sus correspondientes Estados bajo su tutela (centrales y periféricos), han devenido en muy diversas y especialismos y calibres muy variados.
Aquí los hemos tenido al servicio de grandes bancos, presidentes, gestiones de préstamos, proyectos mineros (tipo Barrick, Falcondo, Gold Quest…), carteles de la construcción (tipo Odebrecht y Andrade Gutiérrez); asesorías de imágenes, financiamientos de campañas y e instrumentación de fraudes electorales, contratos de plantas energéticas, negocios de combustibles, mafia del transporte…y paro de enunciar.
Todos pululan entre el Estado comprador de mercancías, servicios y proyectos, receptor de inversiones, y corporaciones privadas suplidoras, constructoras y financiadoras de obras. Sobornos, sobrevaluaciones, sobre-precios, engaños, quiebras fraudulentas… y hasta sicariatos, van de la mano en sus funciones.
Una investigación de los préstamos contraídos y de las ventas de bonos develaría los gánsteres financieros todavía soterrados y toda la usura gansterizada, escenarios en los que aparecerían nombres de economistas y empresarios elites, que le llevan gabela a los Rondón. Igual pasaría en el área de las importaciones de alimentos.
No se trata ya de enclaves aislados como en su inicio. El proceso de gansterización ha pasado a ser sistémico y, por tanto, a ser protegido por un régimen de impunidad que no repara en “blindar” el narco-lavado y la narco-política a nivel financiero y de inversiones públicas y privadas; incluidos aportes de capitales sucios a partidos y a elecciones fraudulentas, para garantizar su reproducción periódica con los menores riesgos posibles.
Los comicios del 20 no serán excepción.
Z Digital no se hace responsable ni se identifica con las opiniones que sus colaboradores expresan a través de los trabajos y artículos publicados. Reservados todos los derechos. Prohibida la reproducción total o parcial de cualquier información gráfica, audiovisual o escrita por cualquier medio sin que se otorguen los créditos correspondientes a Z Digital como fuente.