El consejero delegado de Facebook, Mark Zuckerberg, reveló que la red social empezará a alertar a los usuarios cuando un político o alguien de relevancia pública emita un mensaje que viole su normativa de uso, algo similar a lo que ya hace su rival Twitter.
En una intervención por vídeo en la plataforma, Zuckerberg detalló una serie de nuevas medidas destinadas a rebajar los contenidos de odio y noticias falsas, después de que varias empresas hayan decidido dejar de anunciarse en Facebook e Instagram (de su propiedad) por el ambiente "tóxico" que en ellas se respira.
Entre las nuevas medidas destacan las alertas a mensajes que la empresa considera noticiosos y que por eso mantiene publicados pese a que sean contrarios a sus normas comunitarias, y que podrían afectar al presidente de EE.UU., Donald Trump, quien durante las últimas semanas ya se ha enfrentado varias veces con Twitter por este mismo motivo.
"Empezaremos a alertar sobre estos contenidos que decidimos mantener porque son noticiosos, para que la gente sepa que este es el caso. Permitiremos que se compartan estos mensajes para que sean condenados, como hacemos con cualquier otro contenido problemático", apuntó Zuckerberg.
Facebook ha recibido fuertes críticas durante los últimos días por parte de políticos y organizaciones civiles en EE.UU. por permitir a Trump compartir mensajes que Twitter consideró que animaban a la violencia o que eran noticias falsas y que por tanto censuró parcialmente o acompañó de alertas.
La decisión ahora por parte de Facebook de empezar a tomar acciones similares supone un cambio significativo en la política de la empresa de Menlo Park (California, EE.UU.), que siempre había sido muy reacia a erigirse como moderadora de los contenidos que se comparten en sus plataformas, especialmente si estos provienen de personajes de relevancia pública.
Otra de las novedades reveladas este viernes por Zuckerberg fue la prohibición de contenidos de odio en los anuncios pagados, es decir, aquellos que sugieran que ciertos grupos de personas son una amenaza a la seguridad, la salud o la supervivencia de otros en base a su raza, etnia, origen nacional, religión, casta, orientación sexual, género o estatus migratorio.
De ahora en adelante, la compañía no permitirá a empresas, organizaciones o campañas políticas publicar anuncios con este tipo de mensajes o con contenidos que expresen "desprecio, rechazo o repulsión" hacia inmigrantes, refugiados y solicitantes de asilo.
El anuncio de los cambios en las políticas de Facebook se produjo sólo unas horas después de que la multinacional de productos de consumo Unilever decidiese eliminar toda su publicidad de esta plataforma y de Instagram y Twitter en respuesta "al odio y la división" que en ellas se publica.
Unilever, con sede en Londres, es propietaria de unas 400 marcas, entre ellas algunas muy conocidas como Axe, Dove, los helados Magnum o los tés Lipton.
Su movimiento, que se extenderá al menos durante lo que queda del año, se sumó al de otras empresas que también han decidido recientemente boicotear a las populares redes sociales (especialmente a las que son propiedad de Facebook), entre las que figuran Verizon, Patagonia y North Face.