España cumple este sábado 12 semanas de estado de alarma y de limitaciones del movimiento de la población y actividades sociales, económicas, culturales, deportivas y de ocio para contener la epidemia de la COVID-19, que ahora está prácticamente controlada, según las autoridades, lo que permite levantar progresivamente esas restricciones.
Algo más de la mitad de la población, unos 25 millones de habitantes, se prepara para iniciar el lunes próximo la última etapa del plan de transición diseñado por el Gobierno para recuperar la normalidad socieconómica progresivamente.
La región de Madrid y la ciudad de Barcelona y su área metropolitana avanzan también, pero de manera más pausada, ya que son las zonas más castigadas por la epidemia.
El estado de alarma, decretado por el Gobierno español y prorrogado varias veces por el Parlamento, durará todavía hasta el 21 de junio. Las autoridades regionales, vigilantes ante cualquier rebrote, podrán gestionar ya directamente la última fase de la transición en los territorios que se encuentren en esa situación.
Todavía con limitaciones, el pequeño comercio reabre progresivamente, así como el importante sector de bares y restaurantes, aunque el turismo sigue paralizado prácticamente porque aún no se permite viajar entre regiones y la entrada de visitantes extranjeros se autorizará solo a partir del 1 de julio.
Pero una señal de que España recobra el pulso, aunque sea lentamente, es que sus tres museos de pintura más importantes reabren hoy: el Prado, el Reina Sofía y el Thyssen, en Madrid. Eso sí, con fuertes medidas de seguridad sanitaria, aforo reducido y entradas ya agotadas.
Según informó ayer el Ministerio de Sanidad, solo hubo un fallecimiento en el plazo de 24 horas por causa del coronavirus, con lo que el total de defunciones es de 27.134 desde el comienzo de la epidemia, mientras que los casos confirmados ascienden a 240.978.