La cuenta del COVID-19 en Florida (EEUU) aumentó este sábado con un récord de 9.585 nuevos casos en un día, mientras las autoridades de condados y ciudades ponen el acento en que cada cual es responsable de evitar el contagio de si mismo y los demás.
Según el Departamento de Salud estatal, desde el 1 de marzo ha habido 132.545 casos confirmados y 3.390 muertes por COVID-19 en el estado, que vive un repunte de la enfermedad desde que entró en la segunda fase de la reapertura económica este mes, con más de 33.000 casos nuevos en la última semana.
En las últimas 24 horas hubo 24 muertes relacionadas con el nuevo coronavirus y el número de personas que se sometió a pruebas para detectar el virus desde el 1 de marzo ascendió a 1.830.791, lo que significa un porcentaje de casos positivos del 7,2 %, según las cifras oficiales.
La edad media de los infectados en Florida está en 41 años, lo que refleja el aumento de los casos entre grupos de edad más jóvenes.
Desde el 1 de marzo ha habido 14.136 hospitalizaciones por la COVID-19.
Aunque desde el 22 de junio las autoridades no brindan información sobre el nivel de ocupación de las unidades de cuidados intensivos (UCI), una web alternativa realiza un recuento con información de hospitales y a día de hoy están disponibles 1.290 de las 6.000 camas de UCI existentes en Florida.
Hasta ahora, a nivel estatal no ha habido marcha atrás en ese proceso de reactivación de una economía muy tocada por la COVID-19, salvo la prohibición de consumir alcohol en bares anunciada el viernes por el gobernador de Florida, Ron DeSantis.
Esa medida no está exenta de polémica, pues hay otros sitios, como restaurantes y cafeterías, donde la gente puede seguir reuniéndose a tomar bebidas.
Los medios locales recogen este sábado declaraciones de propietarios de bares en todo el estado en las que dicen sentirse discriminados y preocupados por el futuro de sus negocios.
Según el gobernador, la prohibición apunta a que los floridanos, especialmente los más jóvenes, eviten los espacios cerrados con poca ventilación, así como los lugares donde hay mucha gente y donde para poder conversar es necesario estar muy cerca de las otras personas.
DeSantis no ha tomado, por el contrario, la medida que los profesionales de la salud más recomiendan: el uso obligatorio de mascarillas en los lugares públicos.
En muchos condados y ciudades es ya obligatorio. En Miami incluso se han establecido multas para quienes no cumplan con esa medida preventiva, que van de 50 a 500 dólares.
Un 4 de julio sin picnic playero en Miami
Carlos Giménez, alcalde de Miami-Dade, al anunciar que todas las playas del condado estarán cerradas al público desde el 3 al 7 de julio, para evitar que los festejos por el 4 de julio, Día de la Independencia de EE.UU, den lugar a más contagios, señaló que se ve obligado a haberlo porque hay personas que no son responsables.
"Cuando hay gente que no va a ser responsable y no se va a proteger a si misma y a los demás de esta pandemia, el gobierno debe actuar y restablecer el sentido común para salvar vidas", dijo.
Miami-Dade es el foco principal de la enfermedad, con 31.562 casos y 947 muertes desde el 1 de marzo hasta este sábado.
El alcalde del condado recordó que no solo las personas, también los negocios que no respetan las reglas de la "nueva normalidad" se arriesgan a multas y a la suspensión temporal de licencias para operar, al igual que ocurre en el vecino condado Broward, que a día de hoy acumula 14.046 casos y 382 muertes.
Palm Beach, el tercer condado más afectado llegó este sábado a 12.928 casos y 492 decesos por COVD-19.
Además del cierre de playas no se permitirán en Miami-Dade reuniones ni desfiles de mas de 50 personas por la razón que sea entre el 3 y el 7 de julio. Sí están autorizadas las reuniones de cinco grupos de no mas de 10 personas cada uno, con mascaras y guardando las distancias entre cada uno. EFE