El halo galáctico que rodea la Vía Láctea está a una temperatura de unos 10 millones de grados Kelvin, al menos diez veces mayor de lo que se creía, un descubrimiento que podría ayudar a saber más sobre cómo se forman y crecen las galaxias, según un estudio de la Universidad Estatal de Ohio (EE.UU).
Algunas galaxias tienen un halo que las rodean, formado por niebla de polvo, gas y materia oscura. En el caso de la Vía Láctea, investigadores de la citada universidad ya habían descubierto que algunas zonas de esa envoltura estaban, al menos, diez veces más calientes de lo que se sabía.
El nuevo estudio señala que esas temperaturas extremas, de unos casi 10 millones de grados centígrados, "podrían encontrarse posiblemente en todo el halo", según la profesora de la Universidad Estatal de Ohio Smita Mathur.
"No podemos decir a ciencia cierta" que estas temperaturas se registran en todo el halo de la Vía Láctea – "no lo hemos analizado entero"-, pero "ahora sabemos que esas temperaturas que vimos en el primer estudio no son únicas y eso es muy emocionante", agregó en un comunicado.
Saber más sobre el halo -el vínculo final entre una galaxia y el universo más amplio que la rodea- y sobre los elementos a partir de los que se formó, podría ayudar a los investigadores a entender cómo las galaxias se conectan con el resto del universo, cómo se forman, crecen y cambian con el tiempo, agrega la nota.
El equipo analizó datos del telescopio XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea (ESA), que recoge datos de rayos X que de otra manera quedarían bloqueados por la atmósfera terrestre.
Esos datos mostraron, agregó Mathur, que "el halo estaba mucho más caliente de lo que sabíamos, pero no demostraron si eso es así en toda la galaxia o si el telescopio había captado una anomalía causada por una fuerza desconocida procedente de la dirección en la que el telescopio estaba apuntando".
Así, otra de las firmantes de la investigación Anjali Gupta analizó datos del espectro del halo de la Vía Láctea tomados en cuatro direcciones por el telescopio japonés de rayos X Suzaku, los cuales confirmaron que el halo está mucho más caliente de lo que se sabía y mostraron que otras zonas del halo están también a esa temperatura.
El equipo se planteó si las temperaturas encontradas en el halo de la Vía Láctea podrían también registrarse en otras galaxias, para lo que analizaron datos de la galaxia NGC 3221, situada a unos 200 millones de años luz y que es parecida a la Vía Láctea en forma y tamaño.
Los datos indicaron que ambos halos tenían una temperatura similar.
Los hallazgos fueron presentados en la reunión anual de la estadounidense Sociedad Astronómica Americana, que se celebra esta semana de forma virtual debido al pandemia de COVID-19.