La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, en inglés) autorizó la comercialización del IQOS, de Philip Morris, un dispositivo con nicotina que calienta el tabaco, decisión que toma el organismo tras alertar de los riesgos de los cigarrillos electrónicos para los adolescentes.
La FDA comunicó esta decisión, cuestionada por sectores médicos, después de la dimisión hace dos meses del director de esta institución, Scott Gottlieb, quien había lanzado una ambiciosa campaña contra el uso de cigarrillos electrónicos entre los adolescentes.
Bajo su mandato, Gottlieb denunció que "el uso de cigarrillos electrónicos entre los jóvenes ha alcanzado una proporción epidémica".
Según la propia FDA, un total de 3,62 millones de estudiantes de secundaria en Estados Unidos consumían cigarrillos electrónicos -aparatos que utilizan baterías para calentar nicotina líquida hasta convertirla en vapor inhalable- en 2018, lo que supuso un aumento del 78 % respecto a los datos del año anterior.
El plan de Gottlieb para restringir la venta de esos dispositivos había recibido algunas críticas de la industria del tabaco y de algunos conservadores que se oponen a cualquier aumento en las regulaciones gubernamentales en un país en el que cada año 480 mil personas mueren por enfermedades relacionadas con el tabáquismo.
En un extenso comunicado para autorizar el dispositivo electrónico de la tabaquera que elabora el Marlboro, la FDA aseguró haber impuesto "estrictas restricciones de comercialización de estos productos en un esfuerzo por evitar el acceso y la exposición de los jóvenes".
"Después de una rigurosa revisión basada en la ciencia, la agencia determinó que autorizar estos productos para el mercado de los Estados Unidos es apropiado para la protección de la salud pública porque, entre varias consideraciones clave, los productos producen niveles más bajos en algunas toxinas que los cigarrillos combustibles", adujo en su argumentario.
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La FDA agregó, sin embargo, que "la acción de hoy permite que estos productos de tabaco se vendan en EE. UU., lo que no significa que estos productos sean seguros o estén 'aprobados por la FDA'".
"Todos los productos de tabaco son potencialmente dañinos y adictivos, y aquellos que no los usan deben continuar sin hacerlo", añadió la FDA, que adujo que "si bien la autorización de nuevos productos de tabaco no significa que sean seguros, el proceso de revisión garantiza que la comercialización de los productos sea adecuada para la protección de la salud pública, teniendo en cuenta los riesgos y beneficios para la población en genera