La economía de Brasil creció un 1,1 % en 2019 y encadenó tres años consecutivos al alza, aunque avanzó dos décimas menos con respecto a 2018, informó este miércoles el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE).
El resultado, el primero con el Gobierno de Jair Bolsonaro en el poder, refleja una leve desaceleración de la mayor economía de Suramérica y es el peor en los últimos tres años, aunque está dentro de lo esperado por el mercado.
El producto interior bruto (PIB) brasileño continúa así a un ritmo lento de recuperación desde la severa recesión vivida entre 2015 y 2016, cuando registró una contracción de alrededor del 7 %.
En 2017 el país inició una recuperación que se mantuvo en 2018, pero en ambos casos con repuntes del 1,3 %.
Solo en el cuarto trimestre el crecimiento fue del 0,5 % frente a los tres meses anteriores, y del 1,7 % frente al mismo periodo de 2018.
El consumo de las familias (1,8 %), el sector agropecuario (1,3 %) y el de servicios (1,3 %) contribuyeron al crecimiento anual de 2019, en el que la industria presentó de nuevo altos niveles de ociosidad con un avance de apenas el 0,5 %.
El campo brasileño se convirtió de nuevo en un motor clave para la economía brasileña gracias al desempeño positivo de los cultivos de maíz (23,6 %), algodón (39,8 %), naranja (5,6 %) y fríjol (2,2 %).
El sector servicios registró un resultado positivo, aupado por el ramo de información y comunicación (4,1 %), las actividades inmobiliarias (2,3 %) y el comercio (1,8 %).
Por su parte, la industria se vio golpeada por la caída del 1,1 % del sector extractivo, debido a la tragedia minera en Brumadinho, en el sureste de Brasil, que dejó 270 muertos e impactó negativamente en los resultados del gigante minero brasileño Vale.
No obstante, la construcción creció un 1,6 % en 2019, lo que supone el primer resultado positivo tras cinco años consecutivos de caída.
En el sector externo, las exportaciones cayeron un 2,5 %, mientras que las importaciones avanzaron un 1,1 %.
Con todo, el PIB per capita se elevó hasta 34.533 reales (unos 7.674 dólares) en 2019, lo que representa una subida, en términos reales, del 0,3 % en relación a 2018.
La tasa de inversión en 2019 fue del 15,4 % del PIB, levemente por encima del dato registrado en 2018 (15,2 %).
El índice promedio de desempleo sigue siendo elevado y en 2019 cayó apenas cuatro décimas, desde el 12,3 % en 2018 al 11,9 % en 2019, equivalente a 12,6 millones de personas sin trabajo, como ya había informado el Gobierno. Ese descenso vino además provocado, principalmente, por el aumento del empleo informal.
El Gobierno de Bolsonaro ha impulsado una agenda basada en las reformas estructurales, el ajuste fiscal y un amplio plan de privatizaciones y concesiones a fin de aumentar definitivamente el crecimiento y revertir el abultado déficit público, que actualmente se sitúa en el 5,98 % del PIB.
No obstante, el Ejecutivo apenas consiguió aprobar en su primer año una reforma de calado, la de las pensiones, que impuso una serie de restricciones para el acceso a esa prestación, como una edad mínima.