De la Constitución al Sidocal

miércoles 3 julio , 2024

Creado por:

Julio Santana

Entre los derechos económicos y sociales consignados en nuestra Constitución, hay uno que frecuentemente pasa desapercibido. El Artículo 53 establece claramente que “toda persona tiene derecho a disponer de bienes y servicios de calidad, a una información objetiva, veraz y oportuna sobre el contenido y las características de los productos y servicios que use o consuma, bajo las previsiones y normas establecidas por la ley. Las personas que resulten lesionadas o perjudicadas por bienes y servicios de mala calidad, tienen derecho a ser compensadas o indemnizadas conforme a la ley”. 

Dos años después, la Ley 166-12 creó el Sistema Dominicano para la Calidad (Sidocal), dispone en su artículo 7 que “la promoción y evaluación de la calidad, en los ámbitos público y privado, es una política de Estado y un factor fundamental y prioritario de la productividad, la competitividad y el desarrollo sostenible. El Estado dominicano respaldará la difusión de una cultura de calidad a través de la educación y la formación de recursos humanos, el apoyo y el financiamiento básico de las instituciones creadas por esta ley y sus actividades, tales como cursos, talleres, seminarios, foros y reuniones técnicas nacionales e internacionales, entre otras. El Estado contribuirá con el financiamiento de los medios de comunicación de masas, tanto públicos como privados, para difundir y promover estas actividades”.

Así, por un lado, tenemos un mandato constitucional, y por otro, una disposición clara sobre cómo cumplirlo. La mencionada ley reconoce, primero, la conexión entre la “promoción y evaluación de la calidad” y la productividad, competitividad y desarrollo sostenible. Segundo, establece que el Estado respaldará la difusión de una cultura de calidad y todas las actividades relacionadas, incluyendo al propio Sidocal, al objeto de asegurar que productos, procesos, servicios y personas cumplan con las especificaciones requeridas. Por último, la ley compromete al Estado a financiar la difusión y promoción de actividades para fomentar una cultura de calidad en la conciencia nacional.

El Sidocal necesita una revalorización profunda de su importante rol para demostrar que los productos y servicios cumplen sus promesas, asegurando así la alineación con los mandatos constitucionales en este ámbito vital de la vida económica, comercial y social. Como muy atinadamente señalaba en una ocasión la redacción de El Dinero “…trabajar la calidad como cultura implica que el tejido social y productivo-empresarial del país lo asuma en su modo de ser, de hacer, de tomar decisiones, de asumir valores, reglas, códigos o normas que la definen. De la fortaleza del trabajo del Sidocal y las instituciones que lo componen depende, en gran medida, que la economía dominicana permanezca en esta ruta tan fundamental para la competitividad”.

Todo producto o servicio resulta de procesos interrelacionados que deben cumplir especificaciones técnicas, tanto nacionales como internacionales. Estas especificaciones (requisitos) se encuentran en normas de amplio consenso y reglamentos técnicos (de cumplimiento obligatorio) emitidos por el Estado para proteger sus objetivos legítimos. Su cumplimiento facilita el comercio y el aprovechamiento de los acuerdos comerciales, eleva la confianza entre socios comerciales e impacta positivamente la imagen y credibilidad técnica del país.

Además de los servicios de normalización, la economía global y los consumidores requieren una infraestructura de calidad que asegure mediciones confiables. Por eso, uno de los temas más debatidos en su momento fue el desarrollo de la metrología en nuestro país (2006-2010), la ciencia de las mediciones trazables. La República Dominicana cuenta con un instituto nacional de metrología (INM), el Instituto Dominicano para la Calidad (Indocal), pero tenerlo solo en el papel no es suficiente, sin perder de vista algunos avances logrados en la acreditación de laboratorios de masa, temperatura y electricidad.

Es urgente invertir en la adquisición de los patrones necesarios para la matriz productiva actual, adquirir las competencias técnicas exigidas, asegurar la trazabilidad al sistema internacional de unidades de la manera más económica pero funcional para el país, y restablecer las relaciones de trabajo con organismos mundiales de metrología, como el SIM a nivel regional, y el BIPM y la OIML a nivel mundial.

Nuestro instituto de metrología es de importancia crucial, ya que es el custodio de los patrones nacionales de medición con su trazabilidad internacional. Le corresponde transferir esta trazabilidad a los patrones de medición secundarios, de trabajo e industriales, además de ofrecer servicios de calibración a la industria nacional, sector salud, servicios, comercio, actividades judiciales, procesos de innovación e investigaciones aplicadas.

Invertir en calidad desde el Sidocal no solo honra un mandato constitucional a la vez que se cumple con las disposiciones de la ley en la materia, sino que también fortalece la confianza en nuestras industrias, protege a los consumidores y usuarios, e impacta positivamente la productividad y competitividad de nuestras empresas.

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Redacción Z Digital

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