Por: Esmerarda Montero Vargas (Magíster en Comunicación Social. Investigadora predoctoral del Departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV-EHU)
La televisión va más allá de ser un medio de comunicación por excelencia. Es un elemento vertebrador de opinión social y una fuente de información a la que, por un tema de cultura o educación, muchos individuos confieren autoridad a la hora de exponer los hechos, que por su mera emisión se transforman en realidad social, argumenta Bourdieu (1997).
En el caso de las televisiones estatales, estas tienen un compromiso social mayor, no solo por el hecho de financiarse con fondos públicos, sino porque su razón de ser es fungir como un espacio democratizador, que represente todas las sensibilidades sociales y políticas de un país, garantizando a la ciudadanía una visión global, lo más parecida a la vida social.
La televisión estatal dominicana una de las primeras de Latinoamérica. Nació al amparo de una dictadura. En enero de 1952 José Arismendy Trujillo Molina fundó la televisión como parte de la Corporación Estatal de Radio y Televisión que había sido iniciada una década antes en la ciudad de Bonao en 1942 con el nombre de Radio Yuna.
De esta forma, hasta ser confiscada por el Estado en 1963, este medio televisivo estuvo controlado por y para los intereses de la familia Trujillo. Esa confiscación marcó un antes y un después en la televisión dominicana. Aun así el modelo privado ha sabido desarrollarse con más éxito que el estatal.
En pleno 2018, esta televisora que estaría llamada a ser el faro que guíe el rumbo del medio, no solo por el hecho de haberlo inaugurado, sino por lo que histórica y socialmente representan las primeras televisiones en las sociedades, presenta bajos niveles de audiencia y repercusión social.
En la actualidad dentro de la categoría de actualidad informativa, de diez espacios que se difunden por el Canal 4RD, seis programas proceden de entidades gubernamentales. Por igual se trasmiten seis programas de juegos y concursos pertenecientes a la lotería nacional, al igual que tres magazines y un programa del mundo de la farándula (Montero, E. 2018).
Por otro lado, según los resultados preliminares de mi investigación de tesis doctoral, LA ESPECTACULARIZACIÓN EN LOS INFORMATIVOS TELEVISIVOS DE PRIME TIME: ESTUDIO COMPARATIVO ENTRE LA REPÚBLICA DOMINICANA Y ESPAÑA, en su mayoría el informativo estatal transmite noticias que pertenecen a la categoría de política en un 53 %, la cobertura de este renglón resulta excesiva. A a esta le siguen seguridad ciudadana 18 % y economía 12 %. En orden descendente se encuentran sociedad 9 %, el tiempo 5 % y deportes 3 %, cultura ocupa el espacio más reducido con un 1 %. Por otro lado, no se identifica espacio dedicado a religión.
Otros resultados que se publicarán de forma más extensa más adelante, apuntan a que en 4RD Noticias la cobertura de temas internacionales es mínima, apenas alcanza el 1 %, no se dispone de corresponsalías internacionales, ni provinciales, o mediciones regulares de audiencia, y actualmente el canal opera con niveles mínimos de soporte tanto humanos como tecnológicos.
La televisión es importante en la vida de las personas, sobre todo en los países en vía de desarrollo, donde esta constituye una de las principales fuentes de ocio e información. Según el estudio de MercaData (2013) en República Dominicana la clase pobre del país es la que más consume televisión con un 82,6 %, en tanto que las personas de clase media alta y media optan por el uso de internet con un 92,6 % y 83,8 % correspondientemente.
En 2016 el canal anunció una inversión en transmisores convertibles de análogo a digital, así como en el proyecto de lanzar un canal internacional para Estados Unidos, el reforzamiento de las plataformas digitales y una aplicación móvil para el canal, una renovación de la programación con programas de temporada, que incluya espacios sobre literatura, cultura e historia. También se planifica la rehabilitación de las instalaciones de provincia (Montero, E. 2018).
La verdad es que más allá de la necesidad de refuerzo y actualización tecnológica, tanto respecto a la dirección del canal, como de sus espacios informativos, es necesario replantarse la función social que se está desarrollando, ya que en el caso de los informativos, no solo se expone una cobertura excesiva del ámbito político, sino que la línea en la que se lleva a cabo es francamente laudatoria hacia el gobierno central, operando de forma muy parecida a una oficina de relaciones públicas de la presidencia de la República.
Así la población no se ve representada en los interesas de una televisión pública que cubre la mayoría de sus espacios con informaciones y contenidos de una única fuente.
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