Las personas desean conectar con las personas, sentir como ellas sienten e identificarse con aquellas cosas que están o que ya han experimentado en todo el transcurso de su vida. Es muy interesante palpar la química que se genera a través de las redes sociales con un individuo que no conocemos, lo bien o lo mal que nos puede caer y cómo hacemos nuestras, muchas de las experiencias que nos cuentan en sus plataformas.
Generalmente, el influencer que verdaderamente es exitoso es aquel que crece de forma natural. Es quien no necesita comprar seguidores ni likes, ni abrir un grupo de whatsapp de 70 miembros para que comenten sus publicaciones. Tampoco necesita realizar give aways con tanta frecuencia ni aliarse con otro influencer para regalar productos, canastas o cremas para la piel.
De la misma forma, un influencer exitoso no se apoya de manera exclusiva en fotos súper producidas y no requiere al 100 % de un fotógrafo profesional. Finalmente (para finalizar este punto) no busca frases en google, no copia los poemas de Paulo Coehlo y no postea la primera oración del devocionario religioso que le llega a las manos.
El influencer exitoso es aquel cuyo contenido habla por él, le precede y le ha creado una reputación que rebasa las barreras de lo digital, alcanzando la esfera offline.
Teniendo esto como base, quiero que nos hagamos (y me incluyo) las siguientes preguntas: ¿cuántas personas seguimos que realmente nos aportan algo en las redes sociales? ¿Qué aprendimos de nuestro influencer favorito la semana pasada? ¿Qué pensamientos o gustos compartimos con esta persona que vemos cada día en nuestro feed de Instagram? ¿Su perfil es una galería de fotos bonitas o puedo nutrirme con contenido de valor que me interese a mí?.
Las respuestas las sabrán ustedes. Sin embargo, y volviendo a lo más importante, el contenido es vital para mantener el interés de los seguidores, sin importar el tipo de tema que el influencer esté tratando. Para lograrlo hay varias claves. La primera es identificar tu nicho o el tópico en el que eres experto, así como la naturaleza de tu cuenta. Esto, permite establecer un enfoque y atraer a aquellas personas que compartirán lo que posteas.
La segunda, es la creación de una parrilla de temas. Sin esta pieza del rompecabezas no estaría completo el plan y se caminaría a ciegas. Una parrilla permite definir cuándo hablamos de un tópico y ayuda a identificar aquellos hitos o picos de información en los que podemos entrar, en esto aplican tendencias, hashtags, días especiales, efemérides o situaciones inesperadas en las que hablar con base.
La tercera, les diría que es la planificación. La constancia en las publicaciones es imprescindible para construir comunidad. El influencer o el que desea serlo, no consigue gran cosa si postea hoy, pero dura más de 1 mes sin tocar su cuenta de nuevo o si promete un contenido especial a sus seguidores y no lo cumple.
Finalmente, y como cuarta clave (el espacio de esta columna es pequeño) es que sean ellos mismos. Si no eres auténtico y vendes algo que no eres, las personas lo van a notar algún día o tú mismo te pondrás en evidencia con una situación en particular.
Para cerrar este viernes les repito, las personas quieren conectar con las personas, pero lo quieren hacer con personas auténticas y originales.
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