Cientos de dirigentes, miembros de la Comisión Política del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), se rebelaron este viernes contra su presidente, Miguel Vargas, de quien exigieron que renuncie del cargo junto al equipo de dirección que lidera, a fin de reencausar a esa organización política por el legado del peñagomismo.
El grupo que reclama la renuncia de Vargas y su equipo político lo encabezan Ramón (Mon) Molina, Amadeo Lorenzo Ramírez (Mabí), Tomás Hernández Alberto, Carlos Bartolomé Lalane, Octavia Medina, Osiris Blanco Domínguez, Franklin Cruz, Luz María Tavares, Carlos Morel, Duarte Cuevas, Marino Brito y más de 200 miembros
de la Comisión Política perredeísta.
En un documento público enviado a los medios de comunicación, el grupo dirigencial perredeísta señala que "tras un intenso proceso de reflexión y consulta con las bases del partido, interpretando y representando la opinión de la inmensa mayoría de los perredeístas, demanda la renuncia urgente de Vargas y su núcleo de amigos, se convoquen a los organismos institucionales y se designe una comisión amplia y representativa para planificar la reorganización del partido, que lo renueve de manera democrática".
Sostiene que una vez conformada la comisión de reorganización, el proceso de selección de nuevas autoridades se realice en estricto apego a las normas legales, para que puedan participar todos los ciudadanos de buena voluntad que deseen incorporarse al trabajo por esta noble causa, proceso del cual solo estarán exceptuados
aquellos que renunciaron a la membresía partidaria o prestaron juramento en otras organizaciones políticas.
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Para exigir la renuncia de Vargas y su equipo, el grupo de altos dirigentes del PRD se basan en la baja votación obtenida en las pasadas elecciones municipales, congresuales y presidenciales, y la consideran una "consecuencia lógica de un proceso de degradación acelerada del sistema de gestión puesto en práctica por el
presidente del partido y un reducido núcleo de sus más cercanos colaboradores".
Además, cuestionan que como parte esencial del erróneo sistema de dirección de Vargas y su equipo, lo constituye la "equivocada" política de alianzas aplicada en el pasado proceso electoral del 2020.
Otro punto cuestionado es que Vargas cometiera el error de no exigir al PLD, como ocurrió en el 2016, la presencia de delegados en todos los procesos, bajo el argumento de que su delegado era el computo electrónico, circunstancia por la que "fuimos despojados de una incontable cantidad de votos y candidaturas, por parte del Partido de la Liberación Dominicana".