El excongresista Beto O’Rourke, que convirtió el control a las armas de fuego en un eje central de su campaña presidencial, abandonó este viernes la carrera para lograr la candidatura demócrata para las elecciones de 2020 en Estados Unidos, lo que deja aún en liza a 17 candidatos.
En su cuenta oficial de Twitter, O’Rourke anunció el fin de su campaña, en la que le costó captar el apoyo de las minorías hispana y afroamericana y en la que no llegó a suscitar tanto entusiasmo como su intento en 2018 por arrebatar a los republicanos uno de los escaños de Texas en el Senado.
"Anuncio que mi servicio a este país no será como candidato o como nominado", tuiteó O’Rourke.
En una entrada en un blog, el demócrata reconoció que su campaña "no tiene los medios para avanzar con éxito".
"Aunque es difícil de aceptar, ahora tengo claro que esta campaña no tiene los medios para avanzar con éxito. Mi servicio al país no será como candidato o como el nominado. Reconocer esto ahora es lo mejor para aquellos que permanecen en la campaña; es lo mejor para el partido mientras intentamos unirnos alrededor de un candidato; es lo mejor para el país", escribió.
O’Rourke anunció su campaña en marzo e inmediatamente captó la atención de los medios y fue capaz de recaudar 6,1 millones de dólares solo en su primer día como aspirante a la Casa Blanca.
Sin embargo, conforme avanzó el tiempo y aumentaron los candidatos, el excongresista comenzó a enfrentarse a dificultades financieras.
No le ayudó su mediocre actuación en los debates, en los que llegaron a participar hasta una veintena de aspirantes demócratas, y eso desembocó en su bajada en las encuestas, en las que ahora apenas llegaba al 2% en intención de voto a nivel nacional, según el promedio elaborado por la web Real Clear Politics.
O’Rourke intentó destacar por sus ideas para aumentar el control de armas después de la matanza de agosto en El Paso (Texas), en la que 22 personas murieron cuando un hombre blanco abrió fuego en un centro comercial con la intención de asesinar a hispanos, tal y como reconoció en un manifiesto.
O’Rourke, que nació en El Paso y ocupó varios puestos en su Ayuntamiento, culpó de la masacre al presidente de EE.UU., Donald Trump, y comenzó a pedir un mayor control de armas.
Llegó incluso a pedir la prohibición de los rifles de asalto, una posición mucho más radical que el resto de aspirantes demócratas y que provocó un fuerte rechazo entre los republicanos, fieros defensores del derecho a portar armas protegido en la Segunda Enmienda de la Constitución.
O’Rourke, de 47 años y congresista por Texas entre 2013 y 2019, saltó a la política nacional en 2018 cuando intentó sin éxito arrebatar al senador republicano Ted Cruz su escaño a la Cámara Alta por la conservadora Texas.