Encontrar la tumba donde Cleopatra ha sido el objetivo primario que se ha trazado en su exitosa vida profesional la prestigiosa arqueóloga dominicana Dra. Kathleen Martínez, quien esta vez, y a partir de la misión de exploración correspondiente al presente año 2023, ha logrado sumar a su equipo al mundialmente famoso geólogo, geofísico y oceanógrafo estadounidense Dr. Robert Ballard.
Ballard desde el buque de investigación EV Nautilus, en el año 1985 descubrió los restos del mítico transatlántico británico RMS Titanic, en 1989 encontró el hundido acorazado alemán Bismarck, y en 1998 encontró el portaaviones USS Yorktown (CV-5); al mismo tiempo que ha sumado a su equipo de búsqueda al regionalmente conocido geólogo dominicano Osiris de León, experto en exploración geofísica y en sismicidad, y destacado miembro de la Academia de Ciencias de la República Dominicana.
Y es que esta vez la exploración arqueológica liderada por Kathleen Martínez entra en una fase muy especial que requiere del apoyo de geocientíficos experimentados en el uso de técnicas de exploración geofísica como la georresistividad eléctrica, la micro gravimetría y la refracción sísmica, a los fines de identificar posibles cámaras subterráneas que pudieran estar ocultas en el entorno del templo de Taposiris Magna, construido por Ptolomeo II, entre los años 280 y 270 antes de Cristo, sobre una colina de roca caliza cavernosa ubicada cerca de lo que hoy se conoce como Borg El Arab, al oeste de Alejandría, Egipto, exploración que se ha de extender hacia el mar litoral inmediatamente al norte de Taposiris Magna, donde los datos batimétricos sugieren que el fondo marino se hunde permanentemente, quizás por un acelerado proceso de subducción de un segmento de la placa tectónica de África que en el pasado ha generado múltiples terremotos que también pudieron incidir en que importantes estructuras que hace poco más de 2000 años estaban en superficie hoy se encuentren en el fondo marino del extremo oriental del mar Mediterráneo, y hasta allí llegarán en el próximo verano boreal los ultramodernos equipos marinos de Robert Ballard, dotados de la más avanzada tecnología geofísica para la exploración detallada de cualquier fondo marino.
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Con esos propósitos, actualmente la Dra. Kathleen Martínez, el Dr. Robert Ballard y Osiris de León se encuentran en Alejandría, Egipto, haciendo la planificación y coordinación del programa de exploración geológica, geofísica y oceanográfica que, con fines arqueológicos, está pautado para septiembre próximo con la participación de unos 50 expertos en exploración oceanográfica que forman parte del equipo de apoyo del eminente geólogo Robert Ballard, y que también cuenta con el apoyo de National Geographic, y donde Kathleen espera levantar nuevos y valiosos datos geológicos, geofísicos, tectónicos, gravimétricos, batimétricos, oceanográficos y sísmicos que puedan enriquecer el modelo arqueológico tridimensional que desde el año 2005 ella ha estado elaborando para encontrar la cámara secreta del descanso final de Cleopatra y Marco Antonio, cuya historia de amor, marcada por una lucha entre el poder y la pasión, navegaba entre la moderna Roma y el antiguo Egipto, dos imperios que, desde márgenes opuestas del mar Mediterráneo, se disputaban el control de ricos territorios que 3 siglos antes habían estado bajo el control absoluto de Alejandro Magno.
Esta es la primera vez que una misión arqueológica ha sido autorizada por las autoridades egipcias para explorar esta zona marina, y estaría liderada por una excepcional arqueóloga dominicana como la Dra. Kathleen Martínez, quien cada día se adentra en el apasionante subsuelo que oculta parte importante de la historia de Alejandría, en el lejano y antiguo Egipto, esta vez acompañada de reputados geocientíficos que suman sus amplios conocimientos sobre geociencias y su vasta experiencia en exploración indirecta del subsuelo para encontrar anomalías subsuperficiales, en tierra y en mar, que puedan conducir a la morada final de Cleopatra, símbolo universal de la mujer de absoluto poder terrenal, quien en agosto del año 30 antes de Cristo prefirió morirse envenenada antes que rendirse frente a las tropas romanas que bajo las órdenes del general romano Octavio Augusto, gobernante de Italia e Hispania por ser la porción occidental del imperio romano, habían invadido a Egipto para confrontar a las tropas del carismático general romano Marco Antonio, esposo de Cleopatra y gobernante de la porción oriental del imperio romano, por lo que Octavio Augusto, en reconocimiento a la dignidad demostrada por Cleopatra, permitió que su cuerpo fuera enterrado, como último deseo de ella, junto al cuerpo de su amado esposo el general Marco Antonio, quien días antes había muerto en Alejandría. Desde entonces, famosos arqueólogos buscan en Alejandría la tumba de Cleopatra y Marco Antonio.