A decir de psicóloga terapeuta familiar y de pareja Ana Simó, llevar estadísticas sobre el número de veces que la pareja debe poner en práctica su frecuencia sexual no es bueno, pues las diferentes etapas y situaciones de la unión matrimonial puede variar.

Durante su intervención en el programa La Receta Médica de la Z, la experta de la conducta explicó que situaciones como una enfermedad, hacen disminuir la frecuencia sexual entre los cónyuges. “No es manejar la frecuencia, sino manejar tu estado anímico”. 

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“Realmente la frecuencia va a variar muchísimo, va a variar muchísimo. Nunca es bueno, oígame, nunca es bueno tener una cifra en la cabeza. No que si no se hace tantas veces entonces la relación no está bien. ¿Por qué esto no es sano? (…) porque hay muchísimos factores que pueden aumentar o disminuir la frecuencia”, expuso.

Detalló que algunos ejemplos de disminución de la frecuencia son: un embarazo, un posparto, o una situación de enfermedad familiar.    

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¿Perder el deseo sexual implica que se acabó el amor?

Ana simó descartó el planteamiento de los que entiende que si la frecuencia sexual disminuye o se termina es porque se acabó el amor. “Yo tengo gente que me dice: yo amo y adoro a mi pareja, no me hago la vida sin ella, pero yo puedo vivir sin eso (relación sexual)”. 

Un embarazo no deseado, una enfermedad catastrófica, el desempleo, la falta de dinero, son solo algunas de las causas que pueden disminuir la frecuencia sexual, sin que estas impliquen que necesariamente el amor haya acabado.