La ciudad china de Wuhan, donde se registraron los primeros casos de la pandemia de la COVID-19, llevó a cabo más de un millón de pruebas de ácido nucleico durante la semana pasada y registró una importante bajada en la incidencia de los casos asintomáticos, informa hoy la prensa oficial.
Según el diario estatal Global Times, la tasa de positivos asintomáticos cayó hasta 46 personas por cada millón a las que se ha realizado la prueba, mientras que en abril era de 660 por millón.
Este resultado demostraría, según las autoridades locales, que la situación de control de la enfermedad ha mejorado y que los asintomáticos tienen poca capacidad de infección.
Global Times también se hace eco de las informaciones que aseguran que un estudio de anticuerpos con 11.000 personas mostró que un cinco por ciento los poseían, lo que extrapolado a los 11 millones de habitantes de la ciudad podría suponer que unos 500.000 ciudadanos de Wuhan hubiesen contraído el virus en algún momento.
El diario estatal subraya que, aunque el estudio es una iniciativa de las autoridades, esos resultados no han sido publicados por fuentes oficiales, según las cuales en esa ciudad, capital de la provincia central de Hubei, se han confirmado más de 50.000 contagios y se han producido 3.869 muertes.
Wuhan se encuentra actualmente inmersa en una campaña de test masivos -efectuados de forma gratuita a la población- que debería finalizar el próximo lunes.
No obstante, el subdirector del departamento de biología de patógenos de la Universidad de Wuhan, Yang Zhanqiu, recordó que hay diferentes criterios que varían por los distritos de la ciudad: por ejemplo, en algunos se efectúan pruebas tanto de ácido nucleico como de anticuerpos, mientras que en otros tan solo se lleva a cabo el primero de esos dos tipos.
Esta nueva campaña, según ese profesor universitario, se centra en grupos de población específicos como los ancianos y los jóvenes, así como en los residentes de la ciudad que carecen de empleos estables.
Estas secciones demográficas no habían formado parte de las anteriores rondas de pruebas, que se centraron en preparar a la ciudad para la vuelta al trabajo y a la producción.
En esas oleadas, Wuhan se centró en hacer pruebas a trabajadores sanitarios y del transporte público, profesores, empleados que llevan a cabo sus funciones de cara al público, cuidadores y otro personal de las residencias de ancianos.
La decisión de las autoridades de la ciudad se produjo después de que el nueve de mayo se registrase un contagio -y otros cinco más al día siguiente- que rompió con una racha de 35 días consecutivos sin registrar infección alguna por el coronavirus, según datos oficiales.